A pesar de las notables diferencias en la situación de las insolvencias de los distintos países, los índices de impago en el B2B en Europa Occidental siguen siendo considerables. Debido a ello, se prevé una ralentización de la todavía débil recuperación económica, sobre todo de la zona euro, y que las tasas de insolvencia continúen muy por encima de los niveles de 2007.
El impago afecta a alrededor del 40% del valor total de las facturas B2B nacionales y extranjeras, de acuerdo con los resultados de la última edición del Barómetro de Prácticas de Pago sobre Europa Occidental distribuido por Crédito y Caución. Un 7% quedaron pendientes tras permanecer vencidas y no pagadas más de 90 días, aumentando la probabilidad de convertirse en casos susceptibles de recobro, y el 1,2% resultaron incobrables. Las empresas de Italia y Grecia parecen ser las que tienen más dificultades con las cuentas por cobrar en mora e incobrables, mientras que los encuestados de Dinamarca y Suecia son los que otorgan una prioridad más destacada a la gestión de las cuentas por cobrar.
El estudio de las Prácticas en los Pagos B2B está basado en las respuestas de cerca de 3.000 empresas de 13 países de Europa Occidental. Además del comportamiento en los pagos de los clientes nacionales y extranjeros, la encuesta analizó los retos para la rentabilidad y los plazos medios de cobro.
En el todavía difícil clima empresarial de muchos países de Europa Occidental, la razón principal de los retrasos en los pagos sigue siendo los problemas de liquidez: el 51% de los encuestados en lo que respecta a clientes nacionales y el 37% en lo que respecta a clientes extranjeros. Los encuestados de Grecia (84% en clientes nacionales y 57% en extranjeros) e Italia (73% nacionales y 48,3% extranjeros) son los que experimentan este problema con mayor frecuencia. Casi el mismo porcentaje de los encuestados en Europa Occidental que manifestaron demoras en el pago de las facturas debidas a problemas de liquidez de los clientes, opinaron que las facturas pendientes se utilizan como un recurso de financiación. Esto se observó con más frecuencia en Austria (54% en clientes nacionales y 49% en extranjeros).
Independientemente del motivo por el que los clientes B2B retrasan el pago de las facturas, los costes administrativos y financieros de las cuentas por cobrar en mora pueden ser considerables para los proveedores y pueden erosionar la rentabilidad de las empresas. Esto también es compatible con el argumento del 24% de los encuestados en Europa Occidental que afirman que la contención de los costes será su mayor reto para la rentabilidad en 2015, siendo este es el factor que más preocupa en Suiza, Países Bajos, Francia e Italia. Los encuestados de Gran Bretaña e Irlanda, en cambio, prevén que su mayor reto este año será mantener unos flujos de caja.
“La moderada recuperación económica experimentada el año pasado, y que continúa este año, tiene solamente un efecto limitado en el alto grado de impagos e insolvencias, especialmente en la zona euro. Esperamos una mejora en algunos mercados como España, Países Bajos, Bélgica y el Reino Unido pero, en la mayoría de los mercados, nuestros pronósticos para 2015 indican que los niveles de insolvencia se estabilizarán y, en algunos casos, se deteriorarán. Por tanto, en el clima empresarial actual resulta esencial que las compañías se centren en la gestión de las cuentas por cobrar y en el seguro de crédito, a fin de evitar problemas de liquidez que podrían entorpecer sus negocios”, explicó el Director de Mercados de Atradius, Andreas Tesch.
Resultados del Barómetro para España
De acuerdo con los resultados del Barómetro en España, el 49% del valor total del las ventas B2B nacionales se realizó a crédito. En los mercados internacionales, ese porcentaje desciende al 37%. Puede observarse una diferencia casi idéntica entre las cifras de ventas a clientes nacionales y extranjeros en Grecia, Italia y Gran Bretaña. España ha sufrido la caída más drástica en el valor de las ventas B2B a crédito de todos los países analizados. Según indica este dato, existe una fuerte tendencia hacia el uso de otros métodos de pago diferentes al crédito comercial en España, en comparación con otros países.
En España, el 44% del valor total de las facturas de clientes B2B nacionales resultó impagado a su vencimiento. El porcentaje español es el tercero más elevado de todos los países encuestados, después de Italia (50%) y Grecia (45%). En los dos últimos años, la tasa de pagos atrasados de clientes nacionales aumentó alrededor de 11 puntos en España, en línea con la tendencia alcista observada en Europa Occidental, donde se ha incrementado en 10 puntos. Aunque parece que los clientes B2B extranjeros de los encuestados españoles son más puntuales para liquidar sus deudas, dos quintos del valor total de las cuentas por cobrar extranjeras permanecían impagadas a su vencimiento.
España es el tercer país con mayor retraso de pago de los países encuestados, tras Italia y Grecia. Esto significa que los proveedores B2B nacionales en España reciben el pago de las facturas unos 80 días después de su facturación. Hace un año, la media de retraso de los pagos nacionales en España se redujo, pero volvió a aumentar a principios de este año.
La mayoría de las empresas españolas mencionaron la contención del gasto como el mayor desafío para la rentabilidad empresarial en 2015, un problema común para las empresas de Europa Occidental. Además, dos de cada cinco encuestados consideran que el mayor desafío para la rentabilidad empresarial en 2015 es la caída potencial de la demanda de sus productos y servicios, lo que sugiere que los encuestados españoles todavía consideran que la recuperación económica es bastante frágil.
La mayoría de las empresas españolas achaca el retraso en el pago de los clientes B2B nacionales se debe principalmente a la falta de liquidez. El porcentaje de los encuestados españoles (26%) que menciona la insolvencia formal del comprador (es decir, liquidación, suspensión de pagos, bancarrota) como la principal razón del retraso en el pago de las ventas nacionales es bastante superior a la media de la encuesta (18%), lo que apunta de nuevo a las difíciles condiciones económicas del país.
