El arquitecto José Álvarez Checa ha sido el ganador del proyecto de la nueva lonja pesquera del Muelle de Levante en Huelva para la que prescribe granito en el interior.
Esta proyecto supondrá una inversión de 8,7 millones de euros y la adjudicataria de las obras, que incluyen la urbanización aledaña a la lonja, es la empresa Vías y Construcciones SA.
El Puerto promovió en 2009 un concurso de ideas para la remodelación de los servicios pesqueros situados frente al centro comercial Aqualon. Hacía años que la lonja construida en los sesenta y los módulos de exportadores se encontraban infrautilizadas, ya que solo quedaban activos 40 de los 120 saladeros iniciales. Se trataba de aprovechar la modernización de estas infraestructuras para poner en pie una operación urbanística que dinamizará el entorno con una oferta de ocio, comercio y restauración.
La APH esperó a contar con una empresa que asumiera la explotación de todo el complejo, la entidad pública Mercados Centrales de Abastecimiento (Mercasa), para licitar el derribo de la antigua lonja, que dio comienzo el pasado mes de febrero a cargo de la empresa Ceinsa Contratas e Ingeniería SA. Después salieron a concurso las obras de construcción de la nueva lonja y aledaños. Con un periodo de ejecución de 18 meses, esta primera fase ocupará una superficie de 10.000 metros cuadrados, ya que además del edificio central se incluyen paseos, bulevares, arboleda, zonas de circulación interna y 120 plazas de aparcamiento.
La nueva lonja tendrá dos plantas y estará formada por dos módulos independientes colocados en forma de ‘L’. Con una estructura mixta de hormigón armado y metálica, llevará una parte alta revestida de acero inoxidable y una base que combina granito rayado y, en la zona baja, granito rugoso. Tendrá patios de luces con cristal de distintos colores.
La planta baja dispondrá de 3.800 metros cuadrados, con una superficie para descarga y manipulación, además de albergar cámaras frigoríficas, almacén, subasta, aseos, mercado mayorista, oficinas, bar y vestuarios.
La planta alta, con 2.500 metros cuadrados, tendrá zona para subasta, oficinas, cafetería/restaurante, laboratorios, tienda gourmet y tres salas de museo. El castillete tendrá 97 metros cuadrados.
En la parte alta del edificio, un sistema de puntos de observación dotado de cristaleras permite ver el recinto de exposición del género a subastar, la entrada del pescado desde la ría y el mercado de mayoristas.
Se creará una entrada específica para los comerciantes de la lonja y, en el otro extremo del edificio, otra apertura para los visitantes, que llegarán por la avenida Hispanoamérica desde el triángulo de Aqualon. El proyecto apuesta por el desmontaje parcial de la valla con grandes aperturas para eliminar el concepto de recinto cerrado.
En la segunda fase -para la que inicialmente se calcula un presupuesto de 5 millones de euros- de construirán tres edificios, uno dedicado a restauración, otro a locales comerciales y otro a un mercado gourmet.
Estas actuaciones son fruto del concurso de ideas que celebró el Puerto para este ámbito, el proyecto ganador Dike 2 del arquitecto José Álvarez Checa, matriz de una operación en la que se han ido introduciendo una serie de modificaciones, como la ampliación de las zonas frigoríficas de la lonja, la incorporación del museo o el incremento de las plazas de aparcamiento en la urbanización exterior. El rascacielos que el arquitecto onubense había propuesto para una fase posterior es un elemento que el Puerto aplaza sine díe, en función de la futura viabilidad y de que haya inversores dispuestos a darle un uso.
