La antigua cantera de Cox será repoblada con 5.000 ejemplares de pino carrasco aportador por la Generalitat. El objetivo es convertir la zona en un área recreativa destinada a convertirse en uno de los mayores espacios verdes de toda la Vega Baja.
La primera fase del proyecto ha comenzado ya con la construcción de un muro perimetral a partir de 300 toneladas de piedra. En los trabajos de jardinería y de adecuación de esta zona participarán hasta 30 personas contratadas a través de tres talleres de empleo con subvenciones que suman 600.000 euros.
Los árboles se colocarán en distintas parcelas, en unos puntos de forma más separada para dejar espacio suficiente para los visitantes que acudan al paraje y en otros más juntos, a modo de bosque. A los 5.000 pinos de la Generalitat se sumarán otros 2.000 árboles como algarrobos, higueras u olivos que se espera que atraigan fauna que ayude a controlar la posible afección de plagas como la del Tomicus.
La actuación comprende además la conversión del viejo edificio de oficinas de la cantera en un espacio donde se instalará la maquinaria de riego. La segunda fase del proyecto prevé en un futuro la reforestación de otros dos barrancos, la habilitación de un aula de la naturaleza y la construcción de una ermita consagrada a San Isidro.
El director territorial de Medio Ambiente, Francisco Javier Segorb, visitó el municipio de Cox para firmar el acta de cesión de los cinco millares de pinos que se dispondrán en diferentes puntos de este área, que comprende una extensión de 2,8 millones de metros cuadrados y que pasó a ser propiedad del municipio el pasado otoño por 320.000 euros.