La cocina ha evolucionado hasta convertirse en una pieza clave del diseño contemporáneo. Hoy no solo es el lugar donde cocinamos, sino el espacio donde convivimos, creamos y expresamos estilo. En este escenario, la cerámica se posiciona como el material más completo, uniendo resistencia, innovación y diseño con infinitas posibilidades estéticas.
Tanto si eres profesional del interiorismo, arquitecto, distribuidor del canal cocina o un cliente final que busca transformar su hogar, Arklam propone 6 ideas para cocinas únicas, con soluciones cerámicas que reflejan personalidad, calidad y exclusividad.
1.Cocina abierta: cuando cocinar se convierte en un acto social
Si alguna vez has cocinado con invitados en casa, sabes lo incómodo que es estar metido en una cocina cerrada mientras todos los demás se lo pasan bien en el salón. La cocina abierta resuelve eso de raíz. Tirar un tabique puede cambiar por completo la energía de tu casa: la luz fluye mejor, todo parece más amplio, y tú formas parte de la conversación mientras remueves una salsa o sirves una copa de vino.
Además, te da libertad para jugar con la distribución. Puedes integrar una isla, colocar taburetes para desayunar en familia o usar una península como separador visual entre cocina y sala. Lo importante aquí es que todo se sienta conectado, sin perder funcionalidad. No es solo una reforma, es una declaración de intenciones: la cocina ya no se esconde, se vive.
2. Minimalismo cálido: la calma empieza en los detalles
Hay algo profundamente agradable en una cocina despejada, donde todo tiene su sitio y no sobra nada. Pero no confundas minimalismo con frialdad. Una cocina minimalista no tiene por qué parecer un quirófano. De hecho, con los materiales adecuados puede ser uno de los espacios más acogedores de la casa.
Imagina muebles sin tiradores, encimeras lisas, iluminación suave… y una paleta de colores que respire calma: blanco roto, gris claro, madera natural. Todo pensado para que cada gesto —cortar, cocinar, limpiar— sea sencillo y fluido.
¿El truco? Apostar por la calidad, no por la cantidad. Y dejar espacio para respirar, tanto física como visualmente. Una cocina así no solo se ve bien. Se siente bien.
3.La isla central: más que un mueble, el nuevo corazón de la casa
Hay quienes sueñan con tener una isla en la cocina como otros sueñan con un jardín. Y es que una isla bien pensada no solo es bonita, es tremendamente funcional. Es donde se desayuna con prisa un lunes por la mañana, donde se preparan cócteles improvisados un viernes por la noche, o donde los niños hacen los deberes mientras tú preparas la cena.
Puede tener el fuego, el fregadero o simplemente ser una gran superficie para todo. Algunas tienen almacenamiento oculto, otras enchufes para cargar el portátil. Y si encima la acompañas de unas lámparas colgantes bonitas, ya tienes el combo perfecto entre estética y utilidad. No hace falta tener una cocina enorme, solo una distribución que funcione contigo.
4.Colores oscuros: carácter sin complejos
Durante años se pensó que las cocinas debían ser blancas para parecer limpias y luminosas. Pero eso cambió. Hoy hay una ola de cocinas oscuras que son simplemente irresistibles: negras, grafito, verde botella, azul marino… Colores que transmiten sofisticación y, sobre todo, mucha personalidad.
¿El secreto para que funcionen? Contrastar. Paredes oscuras con encimeras claras, madera cálida, iluminación bien colocada. Los materiales también juegan un papel clave: un acabado mate puede hacer que el negro se sienta suave y elegante, mientras que un brillo sutil aporta profundidad. Son cocinas que no pasan desapercibidas. Que no piden permiso. Cocinas para quienes quieren algo con alma.
5. Lo rústico se renueva: tradición con toques modernos
Hay algo entrañable en una cocina que recuerda a las casas de antes. Donde se mezcla el olor a pan con madera envejecida, azulejos con imperfecciones y muebles que parecen haber vivido muchas historias. Pero lo rústico ya no es sinónimo de antiguo. Hoy se reinterpreta con un aire fresco que lo hace completamente actual.
Imagina una cocina con estanterías abiertas llenas de tarros, plantas aromáticas colgando, una campana decorativa de hierro forjado… pero con electrodomésticos modernos integrados y una iluminación pensada al detalle. Ese contraste entre lo antiguo y lo nuevo es lo que le da vida. Perfecta si te gusta cocinar sin prisas, recibir en casa y sentir que cada rincón tiene historia.
6. Pequeños rincones con gran impacto
La cocina moderna no necesita ser enorme para ser especial. Pequeños espacios como un rincón de desayuno, una mini bodega o una estación de café bien pensada pueden dar carácter al conjunto.
Se trata de personalizar, de crear momentos dentro del espacio: un lugar donde comenzar el día con calma, otro donde preparar algo especial para amigos o simplemente disfrutar de estar en casa.