La catedral madrileña de la Almudena ya tiene abierta al público una nueva capilla dedicada al Papa Juan Pablo II.
Se trata de una capilla lateral situada junto a la sacristía mayor de la catedral.
La capilla es una alusión al primado de Pedro, a la Iglesia y a la santidad. En ella hay pocos elementos, pero de gran contenido simbólico como una toca de tres toneladas de mármol Negro Markina, remite al primado de Pedro y a la continuidad apostólica.
La estrecha relación de Madrid con el Papa polaco da un paso más con la configuración de un nuevo espacio dentro de la catedral de la Almudena: una actualización de la capilla que hay junto a la sacristía mayor, diseñada por el estudio de arquitectura Cano y Escario y realizada con la aportación económica de los fieles.
Piedra natural
El banco central, de 400 kilos de peso, nace de la piedra natural y, ya pulido y en forma de barca, es signo de la Iglesia. En la proa se sitúa un cirio: es el cirio pascual, Cristo resucitado. La empresa encargada de estos trabajos fue Factum Arte.
Tras la foto oficial de san Juan Pablo II hay un confesionario; se mantiene el carácter penitencial de la capilla. Además de penitencial, la capilla es también peregrina, evocando al Papa viajero y a la vida cristiana como camino, pensada para el encuentro, con un recorrido direccional de entrada y salida.
Las imágenes retroiluminadas de los laterales, en forma de rombo, son momentos reales de la vida del Papa, relacionados con la familia, los santos, los jóvenes…
En uno de los rombos se incorporará el relicario con la ampolla de sangre del Papa que se conserva en la catedral.
Habrá un código QR para escuchar la voz de san Juan Pablo II y rezar con él.
En la intervención participan, junto a Cano y Escario (arquitectura y diseño), Grupo Gubia (carpintería), Factum Arte (piedra y banco de piedra), Intervento (imágenes retroiluminadas), Garrote (electricidad e iluminación), Cabbsa (trabajos complementarios) e Iralta Films (fotogrametría).