Marcos Lázaro lleva vinculado a la firma italiana GMM, fabricante de maquinaria para piedra y materiales afines, desde que montó su empresa de instalación y servicio técnico de maquinaria especializado en control numérico hace cuatro años. Atiende telemáticamente cerca de 300 consultas al mes, y el año pasado, pese a la pandemia, instaló 12 máquinas.
Cuando finalizó los estudiós de electromecánica en 2007 tenía claro que quería viajar, conocer mundo y no dedicarse solo al mantenimiento. Por sus manos pasó la reparación de barredoras y máquinas de inyección de plástico hasta que llegó al mundo de la piedra.
De su alianza con GMM dice que “me gustó el trato con ellos. Son muy cercanos y no ponen trabas. Además, tienen mucha versatilidad y están abiertos a todo tipo de sugerencias”.
En cuanto a las máquinas de corte de GMM destaca de ellas su fácil manejo y que el software “es potente e intuitivo. Tienes un comando para cada cosa”.
Explica que le gusta que el operario que vaya a trabajar con la máquina esté con él durante la instalación para que comience a familiarizarse con los comandos y para que vea qué hace en cada momento.
Todos los clientes de GMM que compran una cortadora, además de la formación reciben un libro con todas las instrucciones del manejo de la máquina.
Incidencias frecuentes
Marcos asegura que “el 90% de las incidencias de máquinas de control numérico las hacemos en remoto” y normalmente es porque que a la máquina no se le han dado las instrucciones adecuadas.
Las máquinas de GMM asegura que “son muy fiables, en el 95% de los casos la máquina falla porque nosotros hemos hecho algo mal”. Así, los primeros meses las llamadas que reciben en su empresa suelen ser por errores de cosas que el operario no recuerda y no hace correctamente: como girar el selector, arrancar en una posición inadecuada o introducir incorrectamente los espesores”, especifica Marcos.
“Lo más complicado para el operario es que entienda que tiene que cortar al revés de como lo hacía antes. Ahora tiene que hacer primero los cortes de menor dimensión y después los grandes para evitar que la pieza se mueva”.
Da igual donde esté el marmolista, ahora la asistencia técnica se realiza en remoto de forma muy sencilla. “La mayoría de las veces resolvemos el problema con una llamada o una conexión en remoto, podemos ver la pantalla de la máquina, manipularla y hacer configuraciones”.

Imposible equivocarse
“Con las máquinas de GMM es muy difícil cometer un error porque la máquina te avisa. Además, tiene un sistema de medición automático por si en un despiste has indicado mal las medidas y puedes cargarte una tabla”.
Mantenimiento
Hoy en día no es necesario un mantenimiento periódico de las máquinas. Según Marcos, el 80% de las averías desaparecen con el engrase automático de las bombas que realiza la máquina. La única cuestión de la que tiene que ocuparse el operario es de retirar el material sobrante después de un trabajo cuando cortan.