Los responsables de canteras de Porriño y el Ayuntamiento han tomado medidas para frenar de forma inmediata la popularidad alcanzada por al menos seis canteras con lagos artificiales entre instagramers y curiosos que acceden a ellas para hacerse fotos y bañarse.
La mejora del vallado perimetral y un portalón de acceso a las pistas para bloquear el acceso son las medidas acordadas además de avanzar una puerta y colocar más letreros de advertencia del peligro, como asumió Pocasa (Porriñesas de Canteiras) y que el baño está prohibido. «No es una zona de ocio, es una zona minera donde no se permite el acceso», dijo la alcaldesa socialista Eva García de la Torre. Para las personas mayores, se mejorará el cercado del medio ambiente, en un intento por limitar el acceso tanto a pie como como en coche a las lagunas, que se han vuelto populares en Instagram por sus aguas azules y paredes cortadas. Por otro lado, el Ayuntamiento de O Porriño estudiará la ordenanza municipal «para ver si son posibles sanciones con multas para conductores y vehículos y peatones, que a pesar de las prohibiciones acceden a estas canteras ya sea para el baño o para tomar fotografías. », explica el concejal.
En el informe elaborado por el Concello de O Porriño se señala que hay al menos seis canteras anegadas de agua. Esta situación se produce porque la demanda actual de piedra ha descendido y de las treinta explotaciones que tienen concesión para sacar bloques en las parroquias de Atios y Budiño tan solo nueve están operativas y con producciones testimoniales.
Los comuneros de la zona, que reclaman la titularidad de los terrenos judicialmente, han protestado por no estar convocados a la cita y han recordado que la situación lleva años produciéndose. Solicitan que el gobierno local vigile las actuaciones y les permita al acceso a los expedientes para conocer la situación de las concesiones y los contratos en vigencia con las empresas. Además, reclaman que a la hora de elaborar rellenos para restituir la zona tras el cierre de la cantera, sean de forma controlada y con materiales adecuados. En la actualidad, los vecinos han acordado dejar anegada de agua una de las canteras de la zona, tanto para permitir el curso de las lluvias desde otras explotaciones como para contar con un espacio adecuado para la recarga de agua por parte de los servicios de emergencias en caso de incendio forestal. El caso de las canteras de O Porriño surgió a raíz de la polémica en monte Neme, un espacio dedicado en el pasado a la minería y que se ha popularizado en redes sociales como fondo para fotografías e incluso para el baño, a pesar de que sus aguas son tóxicas y del peligro que supone el entorno. En el caso del sur de Pontevedra, no se han realizado analíticas de las aguas de estos lagos artificiales, pero el hecho de ser estancada procedente de lluvias, de los materiales que hayan podido arrastrar hasta la zona y de que en estos espacios se han utilizado metales y explosivos para trabajar y extraer los bloques, están desaconsejadas para el baño.