En mayo, Andoni Díaz (Bilbao, 1992) concluirá su etapa de cuatro años como presidente del Consejo General de Diseño Interior para abrir paso a un nuevo compañero. Afirma que ha sido una trabajo duro y continuo pero no descartar ayudar desde otro área al Consejo General.
Hablamos con él para hacer balance de su labor al frente de la institución y abordar algunas de las cuestiones claves para el colectivo, como la necesidad de modificar las atribuciones de los decoradores de interiores, las presiones contrarias al cambio y cómo afectaría a los arquitectos y arquitectos técnicos la modificación. Además, disertará sin tapujos sobre el intrusismo que sufre la profesión y contará su visión sobre dónde termina el trabajo del diseñador de interiores y empieza el del arquitecto o el de decorador.
¿Cómo llegó usted al mundo del diseño interior?
Llegué casi de rebote a conocer esta profesión. Justo en el año 2010 se implantó en el sistema educativo universitario de España el Plan Educativo Bolonia, para “unificar” sistemas educativos en muchos países Europeos, y ello nos trajo el Grado en Diseño, de equivalencia a titulación universitaria, que hasta aquel momento no existía aquí. La titulación universitaria previa era arquitectura, y si no en formación profesional la titulación de Proyectos y Dirección de obras de decoración. Al conocer el Grado universitario en Diseño, en este caso en la especialidad de Diseño de Interiores me lancé a ello, y a día de hoy, sigo amando esta profesión.
Ha sido siempre una persona muy vinculada al colegio y a implicarse en la labor colegial. ¿Por qué?
Me colegié en el Colegio Oficial de Decoradores y Diseñadores de Interior de Bizkaia al poco de titularme. No sabía ni de la existencia del colegio cuando estudiaba, pero al finalizar los estudios y empezar mi andadura profesional, me entró un proyecto de gran envergadura que yo no sabía cómo afrontar, y busqué ayuda técnica en el Colegio. Al cabo de un año me apunté a un concurso para diseñar un stand para el propio colegio, y creo que desde entonces me ficharon los compañeros de junta y me propusieron ayudar como vocal en la modernización del Colegio desde la parte de comunicación. De ahí empecé a echar una mano en lo que podía, pasando a estar de secretario en funciones, hasta que me propusieron presentar mi candidatura a la Presidencia del Colegio de Bizkaia, en 2020, con tan solo 27 años.
También puede tener que ver que sea vasco donde esa cultura está muy arraigada…
Siempre he sido una persona muy participativa en asociaciones culturales y deportivas, y creo que ello me facilitó dar el paso para involucrarme en el Colegio. Generalmente, los colegios del norte y en especial los del País Vasco son más fuertes, y creo que parte de ello va ligado a la cultura del asociacionismo, la colectividad y las sociedades de diferente índole que tenemos aquí. Los grupos de amigos son cuadrillas, y pertenecer a una cuadrilla es en cierto modo “asociarse” a un grupo de personas afines a tí con los que compartes gustos, aficiones y objetivos.
Este año será el cuarto en la presidencia del Consejo: ¿Qué lo motivó a asumir el cargo?
El Colegio de Diseñadores de Interior de Bizkaia, forma parte del Consejo General de Diseño Interior, donde la junta es elegida cada tres años vía elecciones, y todos sus miembros deben ser presidentes o decanos/as de alguno de los 19 colegios territoriales de diseñadores de interior / decoradores.
El Colegio de Bizkaia ya había ostentado la presidencia del consejo años antes, y tras unos años fuera de junta propuse en mi colegio presentar la candidatura a la presidencia del Consejo en mi nombre, como representante de Bizkaia. Cabe destacar que en España los Colegios de diseñadores de interior son autonómicos, a excepción de los vascos que son provinciales, y a pesar de ello es el Colegio de Bizkaia, con diferencia, el de mayor número de colegiados. Creo que eso también es una responsabilidad de cara a participar más activamente en el Consejo General.
Además de todo esto, al igual que lo que encontré en el Colegio de Bizkaia, el Consejo necesitaba, desde mi punto de vista, una renovación de imagen, y de caras, y ese era uno de los principales objetivos: actualizar la institución.
«Las atribuciones de los decoradores de interiores deben adaptarse»
Modificar las atribuciones de los decoradores de interiores es para la profesión fundamental, ¿por qué?
En la propia pregunta va parte de la respuesta. Actualmente las atribuciones profesionales se regulan en base al Real Decreto de Facultades 902/1977, de 1 de Abril, que recoge “las atribuciones de los decoradores”. Entendemos que la profesión de decoración ha ido evolucionando hasta el actual Diseño Interior, y es por ello por lo que las atribuciones de los decoradores de interiores deben adaptarse a esta “nueva” profesión, que aun siendo asemejable a la de decorador/a, debe ser modificada. Al igual que ya hay (desde 2010) un Grado en Diseño de Interiores regulado en España con unas atribuciones educativas, debería de haber unas atribuciones profesionales equiparadas a las educativas para la profesión que recibe el nombre de este título. Otras profesiones en España también han ido “modificando” su denominación, incluso dividiendo o uniendo nuevas a antiguas, y ello se debe recoger en el aspecto profesional, hay que dar respuesta a los titulados y tituladas en Diseño Interior que actualmente no ven recogida su profesión en ninguna Ley de profesiones o facultades.
«El sistema de reservas de actividad es complejo y confuso, afectando gravemente a nuestra actividad»
¿Qué impide cambiar esas atribuciones y qué acciones están llevando a cabo en este sentido?
En España cambiar las cosas es muy complicado, la burocracia y el acceso a los poderes superiores no es trabajo fácil. Obviamente sabemos que hay otras profesiones que chocan con la nuestra, o incluso, que se superponen.
Por ello, nosotros siempre defendemos que no venimos a quitar el trabajo a nadie, si no a defender el trabajo que también es nuestro.
Uno de los principales escollos es el tema de las reservas de actividad, siendo España uno de los países de la UE que presenta unos índices más altos. La fragmentación de mercados otorga a los profesionales ya instalados un poder de monopolio sin amenaza de entrada proveniente de profesionales con conocimientos similares. Como diseñadores de interior defendemos que estamos altamente cualificados, sobre todo desde la profesionalización del Diseño Interior con la titulación universitaria, para ejercer los trabajos propios del Diseño Interior. Las reservas de actividad deben justificarse por necesidades de protección a la persona consumidora, salud pública o seguridad, lo que en el caso español no se da en muchas ocasiones. En España el sistema de reservas de actividad es complejo y confuso, afectando gravemente a nuestra actividad, lo que debe evitarse por tratarse de una norma restrictiva o excepcional.
«La principal presión en cuanto a la reserva de actividad en nuestro campo viene por los arquitectos»
¿Cómo afecta a los arquitectos y arquitectos técnicos ese cambio?
Supongo que hay presión por parte de los colegios profesionales de estos profesionales para que no haya cambios.
La principal presión en cuanto a la reserva de actividad en nuestro campo viene por los arquitectos. Creo que los arquitectos técnicos tienen actualmente el mismo problema que nosotros al respecto. Si bien es verdad, que al menos la titulación de arquitectura técnica está recogida como tal en la LOE y en el CTE, a diferencia de la nuestra que meramente se deja intuir en la lectura de “otros técnicos competentes”.
Yo no creo que sea presión de la profesión, pues en el sistema profesional actual convivimos, y afortunadamente trabajamos, diferentes profesionales juntos, aportando cada uno desde su profesión y sus conocimientos. Aun así, creo que este entender debe llegar a todos los profesionales, también a las generaciones mayores, que siguen con la idea de la compartimentación de profesiones y el distanciamiento entre profesionales. Nos quedaremos con la parte positiva, que es que los estudios actuales de mayor renombre a nivel estatal en el sector de la arquitectura y el diseño interior, están formados con equipos multidisciplinares con diferentes profesiones.
¿Dónde termina el trabajo del diseñador de interiores y dónde empieza el del arquitecto o el decorador? ¿Se están solapando funciones?
Creo que simplemente hay que entender que la arquitectura es muy amplia, y el diseño interior solamente es una rama de la misma.
En países del norte de Europa todo es arquitectura, existiendo luego especializaciones dentro de los estudios de arquitectura, o en sistema de estudios postgrado, de las diferentes ramas, como pueden ser la arquitectura de interiores (equivalente a nuestro diseño interior), el paisajismo/urbanismo, o la arquitectura de edificios (nuestra arquitectura).
«Como diseñadores de interior solamente defendemos que nuestra profesión también abarca este campo del interiorismo de la arquitectura»
Los arquitectos actualmente están más familiarizados con el diseño interior y tienen nociones para ello. Grandes estudios de diseño interior a nivel estatal están formados principalmente por arquitectos. Nosotros como diseñadores de interior solamente defendemos que nuestra profesión también abarca este campo del interiorismo de la arquitectura, que es para el cual nos formamos y el cual sabemos hacer.
¿Y qué pasa con los decoradores?
Los decoradores creo que es una palabra que debemos empezar a abandonar en el recuerdo. Es una pena, para mí, como amante del diseño interior decir esto, pues las principales referencias que tengo en Bilbao y en España de diseño interior son decoradores, compañeros y compañeras titulados en decoración. Pero desgraciadamente, hoy día todo el mundo es decorador, y ello ha devaluado muchísimo esta denominación. El profesional que se dedica a la pintura y la escayola es decorador, el profesional que vende artículos de decoración y piezas de mobiliario es decorador, y así una larga lista. Que no se nos olvide, decorador o diseñador de interiores es solo una persona titulada en esta materia, la cual se imparte regulada en este país desde 1966, con unos Colegios Profesionales y un Consejo General en activo desde 1972, y con atribuciones recogidas desde 1977.
El intrusismo es una queja recurrente entre los diseñadores de interiores. ¿Quién invade sus competencias y por qué es tan difícil proteger legalmente el ejercicio de la profesión?
Todo el mundo es decorador, y ahora incluso, todo el mundo es diseñador de interiores. Al igual que muchas otras profesiones en España, la del diseño interior está amenazada constantemente por el intrusismo. Hay un gran desconocimiento de la profesión y, sobre todo, de los estudios regulados en España.
Hoy día contamos con más titulaciones no reguladas ni homologadas, que con las reguladas. Actualmente solamente el título del Grado en Diseño en la especialidad de Diseño de Interiores, junto con algunos centros de formación profesional (cada vez menos) que imparten la formación en Proyectos y Dirección de Obras, son los dos títulos homologados que tenemos. Solamente estos son colegiables y solamente estos tienen y tendrán atribuciones reguladas. El grado, al igual que todos los grados en España, es de 240 créditos ECTS divididos en 4 años de formación. Todas las titulaciones de “Máster en Decoración”, “Máster en Diseño”, “Grado en Arquitectura Interior”, “Titulado en Arquitectura de interiores” y análogos son titulaciones privadas que no están reguladas ni reconocidas en ningún país.
A día de hoy la única forma de saber si un profesional está titulado o no legalmente en esta profesión es exigirle la colegiación, por ello son varios los ayuntamientos que se están animando a solicitar el certificado de colegiación a los profesionales para entregar proyectos de diseño interior.
¿Por qué cuesta tanto que se valore económicamente el trabajo del diseñador de interiores? ¿Sigue existiendo una percepción de que este servicio es un lujo o algo ‘prescindible’?”
Creo que aquí tenemos dos problemas. El primero es valorar económicamente el trabajo del diseño interior. Como todas las artes y como toda la industria creativa, valorar la creatividad y las ideas es algo que nos cuesta. Al usuario le cuesta entender su valor y ponerle precio, pero es que también al profesional le cuesta defender su trabajo creativo, y creo que este es el punto fuerte de nuestra profesión. Nuestro valor son nuestras ideas.
El segundo problema es esta posible percepción del servicio del diseñador de interiores como un servicio de lujo. Si entendiéramos el valor real de nuestras ideas, no llegaríamos a preguntarnos si es un lujo.
El diseño de interiores está para mejorar la vida de las personas, mejorar nuestros espacios es invertir en salud, en calidad de vida y bienestar.
Para los negocios es rentable, pues ayudamos con nuestras ideas a optimizar espacios, mejorar la productividad, mejorar la salud mediante la ergonomía y la iluminación, entre otros, y obviamente, ayudamos a hacer los espacios más bonitos, más estéticos, y más atractivos para el cliente.
Para el usuario final, en su vivienda o su espacio privado, ayudamos a mejorar la experiencia de uso, optimizar su espacio y sus recursos, y hacer de sus casas hogares.
Durante su presidencia han impulsado las relaciones internacionales del consejo. De hecho, recientemente ha participado en el encuentro internacional “China Meets Europe: Designing Opportunities. ¿Qué frutos ha dado todo ese trabajo?
Este es uno de los principales avances del Consejo en esta legislatura. Nuestro consejo forma parte de ECIA (Consejo Europeo de Arquitectos de Interior), y estar presente junto a otros 20 países en este consejo es de suma importancia para nosotros. El Consejo Europeo está reconocido por el Parlamento Europeo, y además en estos últimos tres años hemos llevado a cabo un gran proyecto llamado BCSP (Building on Connections for a Stronger Profession), dividido en siete subproyectos, en los cuales nuestro Consejo ha participado activamente.
¿Cuáles han sido los más relevantes?
Entre los más relevantes, el Spider Model Research, un estudio de la profesión a nivel europeo centrado en las ramas de la educación, la actividad de la profesión y la legalidad de la profesión. Este estudio nos ayuda mucho a ver cómo está el Diseño de Interiores en España respecto a otros países y hacia dónde queremos avanzar en España y en Europa. También ha sido una gran noticia contar finalmente con los premios europeos de interiorismo, donde en esta primera edición de 75 participantes hemos podido contar con 8 proyectos de compañeros de España.
Además de ECIA, hace un año nos juntamos para crear MIA, la Federación de Arquitectos de Interior del Mediterráneo, con el objetivo de mejorar las relaciones entre los países mediterráneos. Participan actualmente en esta federación, junto a nuestro Consejo, los Consejo de Francia y el de Turquía, las asociaciones de Malta e Italia, el Consejo de Túnez y la Asociación de Marruecos.
Todas estas acciones ayudan a poner en valor el diseño de interior de España, a mejorar las relaciones con otros países, y a ayudarnos entre todos a mejorar la profesión a nivel global.
¿Qué iniciativas se están tomando para proteger y promover la profesión?
Para proteger la profesión, desde el Consejo General y los Colegios seguimos defendiendo la titulación regulada y homologada. Muchos Colegios estamos haciendo frente legalmente a los centros privados que tienen titulaciones que pueden dar lugar a equivocar por su denominación o su explicación.
Hemos llegado a leer lemas como “hazte diseñador de interiores en 6 meses con un máster”. Para empezar, la palabra máster, educativamente, corresponde al nivel MECES 3 europeo, entendido como una titulación postgrado; es decir, una titulación posterior a los titulados/as en un grado universitario. Además, como ya he dicho, “ser diseñador de interiores” es estar en posesión de una titulación universitaria regulada de 4 años actualmente en España, por lo que en 6 meses como mucho podrás obtener unas nociones sobre interiorismo o decoración, y en ningún caso ser un profesional cualificado ni optar a la colegiación.
Para promover la profesión seguimos haciendo actividades de divulgación de la profesión. Frente al gran desconocimiento de nuestro campo, debemos seguir explicando qué es el diseño interior, qué titulación existe actualmente regulada, y cuál es la actividad de la persona titulada en diseño interior.
Mediante concursos de diseño interior, ponencias, jornadas networking y diferentes eventos, desde los colegios profesionales seguimos dando difusión a nuestros colegiados, a toda esa gente que tiene una titulación regulada, y que defiende la profesionalización de la profesión.
¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías como el diseño paramétrico o la inteligencia artificial en el futuro del diseño interior?
Creo que debemos eliminar ese pensamiento de miedo a lo que viene y coger la parte que nos interesa de la IA para nuestra profesión. Nuestro trabajo se divide en una parte técnica y una parte creativa, y es ahí donde reside la magia del diseño interior. Somos técnicos creativos. Creo que la IA puede ayudarnos, como una herramienta más, en el desarrollo de la parte más técnica de nuestro trabajo. Aun así, la parte creativa, partiendo de que son ideas de desarrollo mental, no podrá ser sustituida por la inteligencia artificial.
En profesiones como arquitectura o ingeniería, el visado es obligatorio para determinadas obras. ¿Por qué no ocurre lo mismo en el caso del diseño interior?
¿Es una cuestión legal, política o de reconocimiento profesional?
No es que el visado sea obligatorio en unas profesiones u otras. La Ley no habla de profesión, habla de proyecto. En 2009 mediante la Ley Ómnibus, una ley promulgada para adaptar la legislación española a la Directiva Bolkestein y que persigue eliminar trabas burocráticas del sector servicios, dictó que el visado colegial en nuestro campo solo era de obligado cumplimiento para las obras mayores. Entendiendo obras mayores aquellas que afectan a la edificación, la estructura, ampliación o segregación, entre otras. Es por eso que al ser nuestro campo el específico del diseño de interiores, actuando sobre espacios ya construidos, no ejecutando nunca obra mayor que afecte al sistema estructural del edificio o a las instalaciones generales de la edificación, toda nuestra actividad quedó fuera y por consecuencia libre de visado. En estos casos es el técnico firmante del proyecto, quien con su firma, se hace responsable del proyecto ejecutado.
Nosotros no vemos mal esta directriz, entendiendo que agiliza y facilita el sistema burocrático de los proyectos de obra menor, pero defendemos que en este sentido las administraciones deberían solicitar un certificado de colegiación a los técnicos firmantes de un proyecto, o al menos, la demostración de estar en posesión de la titulación homologada.
«Tenemos pendiente hacer unos premios nacionales de diseño interior»
¿Cuál ha sido el mayor logro de su gestión hasta ahora y qué le ha quedado en el tintero?
El mayor logro creo que ha sido la modernización del Consejo. Hemos pasado de ser el Consejo de Colegios de Decoradores a ser el Consejo General de Diseño Interior. Se ha cambiado la imagen gráfica y con ello la nueva web, la inclusión en las redes sociales y difusión en medios y eventos del sector. Nos teníamos que dar a conocer como colectivo y como profesión, y creo que en parte lo hemos conseguido.
Ahí en el tintero tenemos pendiente hacer unos premios nacionales de diseño interior, que por motivos de organización y logística ha sido imposible sacar adelante. Al menos nos quedamos que desde el Consejo Europeo sí hemos podido sacar, y participar, en el Concurso Europeo de Diseño/Arquitectura Interior.
En mayo habrá nuevas elecciones. ¿Volverá a presentar su candidatura a la presidencia del Consejo?
En mayo cumplo mi mandato al frente del Consejo, donde he estado tres años representando orgullosamente al colectivo en España. Ha sido un trabajo duro y continuo, apoyando a los Colegios territoriales e intentando mejorar todo lo posible mi profesión. Como ya he comunicado a mis compañeros, no me planteo presentarme nuevamente a la presidencia del consejo. Creo que es hora de dejar paso a otros compañeros y quizás yo pueda ayudar desde otro área al Consejo General.