En Arabia Saudí, los importadores de materiales apuestan por la piedra italiana. Visión 2030, los megaproyectos NEOM y Qiddiya, la Expo 2030 en Riad y la Copa Mundial de la FIFA 2034 han transformado el país en la mayor obra de construcción del mundo. La demanda de materiales de alta gama crece sin cesar, impulsada por inversiones inmobiliarias y de infraestructura que superaron los 1,06 billones de dólares en 2024. En este escenario, el mármol italiano goza de una posición privilegiada, como lo confirma el último estudio de Nomisma encargado por Marmomac: las importaciones de Italia a Arabia Saudí han aumentado un 216 % en los últimos cinco años, convirtiendo a Riad en el principal centro de demanda de la Península Arábiga, con una cuota del 47 % del total.
El arquitecto Amedeo Schiattarella, finalista del premio internacional Dedalo Minosse en la sección «Especial Marmomac», explica la naturaleza de este crecimiento. Ha colaborado estrechamente con clientes saudíes durante más de quince años. Los proyectos de su estudio abarcan desde el Museo de Arte Digital, inaugurado en diciembre de 2024, hasta el parque urbano que se está construyendo en Riad con la firma milanesa Gruppoland, pasando por un nuevo edificio ministerial en el centro de la capital y un proyecto monumental cuya finalización está prevista para finales de este año en un sitio histórico.
«Muchos proyectos en los últimos años han sido ‘colonizados’ por Occidente, imponiendo modelos ajenos al contexto», explica el arquitecto. «Hemos optado por un enfoque saudí de la contemporaneidad, potenciando la cultura y las tradiciones locales». Un ejemplo es el concurso para un rascacielos en Riad: en lugar del monolito vertical requerido por el concurso, el estudio propuso un «rascacielos horizontal», poroso y permeable, que entrelaza los espacios públicos y privados, interpretando la naturaleza orgánica de la ciudad.
En este enfoque, la piedra cobra protagonismo: la piedra local se trabaja para vibrar y revelar su profundidad, mientras que el mármol italiano, especialmente el de Carrara, se utiliza como elemento distintivo en interiores, enriquecido con texturas y líneas que realzan su materialidad. «Italia goza de una reputación verdaderamente excepcional», añade Schiattarella, «vinculada a la idea de calidad, cultura y experiencia en diseño».