El fabricante italiano de maquinaria para la depuración de agua Dal Prete está impulsando un cambio de paradigma en las plantas dedicadas al procesamiento de mármol, granito, cerámica, cuarzo, engineered stone, cemento y ladrillo: el agua ya no debe tratarse como un problema operativo, sino como un proceso productivo que requiere diseño, control y automatización.
En estas industrias, el agua interviene en todas las fases: enfría las herramientas, reduce la fricción durante el corte, transporta los residuos y protege la calidad final del producto. Aun así, muchas empresas siguen gestionándola de forma marginal mediante balsas de decantación o sacos filtrantes, sistemas extendidos pero con evidentes limitaciones: alto consumo de espacio, procesos manuales pesados, suciedad, paradas inesperadas y vertidos potencialmente contaminantes.

“El agua es producción”, subraya la empresa. Bajo esta premisa, Dal Prete ha desarrollado su enfoque Water Loop, un sistema integral que automatiza cada etapa del ciclo hídrico: almacenamiento de agua limpia, distribución a las máquinas, recogida de aguas residuales, clarificación, deshidratación de lodos e incluso filtración fina hasta 5 micras cuando el proceso lo requiere.
El objetivo es claro: maximizar la recuperación del agua y convertir el lodo en un residuo compacto y seco, más fácil y barato de gestionar. Para ello, las plantas de Dal Prete utilizan coagulantes, floculantes y dispositivos mecánicos automáticos que garantizan una separación continua de sólidos y la reintroducción inmediata del agua clarificada en el proceso productivo.

Los resultados son tangibles. Según datos de la compañía, las industrias que adoptan este enfoque consiguen un 30 % menos de agua extraída de la red, un 50 % de reducción en los costes de eliminación de lodos, un 20 % más de vida útil de las herramientas y un 80 % menos de horas-hombre dedicadas a tareas manuales relacionadas con la gestión del agua. Y, de forma decisiva, menos paradas de producción.
Pero el impacto va más allá de los números. Las instalaciones con sistemas Dal Prete experimentan un entorno de trabajo más limpio, ordenado y predecible, con operarios liberados de tareas repetitivas y físicamente exigentes.
“Gestionar el agua como un proceso industrial no solo reduce residuos y costes: proporciona un control total sobre la producción y mejora la sostenibilidad de la planta”, destaca la firma.



































