La Asociación Canteiros de Poio, formada por exalumnos de la Escola de Canteiros de Pontevedra ha tenido una reunión recientemente tras un periodo de silencio, para seguir reclamando la titulación homologada y oficial de los estudios realizados, y reivindicar el oficio de cantero y maestro cantero y apunta a la Diputación de Pontevedra como competencia desleal.
La escuela actual nació como continuación de la existente en el monasterio de Poio y pertenece a la Diputación de Pontevedra. Se abrió en el 2000 con instalaciones nuevas y con las herramientas y tecnología necesaria, en ese momento, para seguir impartiendo los estudios. «Desde los inicios se está reclamando una titulación homologada y oficial, ya que el título que se obtiene es expedido por la Diputación de Pontevedra, y con menos valor a efectos curricular que un curso ofrecido por INEM u otro organismo o escuela de 3 meses de duración», comunican desde la Asociación.
Los estudiantes de la escuela de cantería se han encontrado con diferentes dificultades e impedimentos. Desde sus inicios ningún estudiante que ha realizado los tres años (cantero) o 5 años (maestro cantero) de estudios obtienen una titulación oficial ni homologada, ello conlleva que no puedan acceder a puestos de trabajo que requieren la titulación, tanto a nivel estatal como internacional, produciéndose la contratación de profesionales extranjeros.
Pueden indicar en su currículum que han realizado estos estudios, pero sin ningún valor a nivel curricular oficial ni profesional (por ejemplo, en un currículum del INEM), creando intrusismo en la profesión, que provoca una pérdida del oficio y de la calidad del trabajo paulatinamente.
«Al no existir el título las empresas de restauración y trabajos patrimoniales en piedra, no tienen ninguna obligación de contratar a profesionales cualificados, existiendo empresas de patrimonio de piedra formadas únicamente por albañiles que con el tiempo han adquirido la experiencia, pero carecen de conocimientos, esto desfavorece al oficio. Del mismo modo, a pesar de tener conocimientos e incluso experiencia en este campo, para tener un título y poder ser contratado como especialista debes de cursar de nuevo estudios, en este caso en restauración de patrimonio, que tampoco son los estudios correctos para realizar este tipo de trabajo. Si eres contratado por una empresa es degradando tu cualificación laboral, y el salario y categoría profesional».
Otro de los retos con los que se encuentran son las dificultades para encontrar trabajo causadas por la misma escuela, la propia institución se ha convertido en una competencia desleal para los exalumnos. Así, según la Asociación «un elevado porcentaje de escultura pública promovida por Concellos, Diputación y otros organismos oficiales (no tenemos cifras exactas, pero por el seguimiento que vamos realizando rondaría entorno un 90% más o menos), son vendidas o cedidas por la escuela». El proceso de creación se realiza de dos maneras, beneficiándose la escuela económicamente y no el alumnado.
«Las obras que realizan los alumnos durante sus estudios son propiedad de la escuela, si las venden, tienes derecho a una retribución monetaria pactada escuela- cliente, si pasado 3 años la obra no se vende, pasa a ser de la escuela, la consecuencia es que las obras mayoritariamente se colocan pasado este tiempo, de tal manera que el alumno no recibe nada, e incluso se le niega sus derechos de autoría y creación al no estar permitido firmar la obra, aparece como obra de la escuela; igualmente no se da conocimiento al exalumno de que su obra se ha ubicado en una plaza, un paseo,… El segundo modo es cuando entra un encargo, paran los trabajos de aprendizaje que se están haciendo para realizarlo y lo incluyen en el currículum académico, o si lo conocen de antemano basan los estudios de ese año en el encargo».
ASeguran que «los trabajos que se realizan son encargos de la Diputación, provocando que la escuela sea proveedor de esta haciendo competencia desleal, ya que estos encargos, no pasan por concurso público, ni tampoco se ofrece como bolsa de trabajo a los exalumnos».
El alumno que recibe una retribución económica por un trabajo, esta es muy inferior de su valor real, y lo que podría recibir por el encargo, no valorándose la mano de obra ni la creatividad del alumno, ni la autoría de la obra. ·Cuando hay un buen encargo se da por amiguismo a algún profesor y/o exalumno, pero siempre bajo sus intereses. No promocionan a sus exalumnos para trabajos de restauración de patrimonio ni escultura, u obra nueva, en ningún momento, a pesar de haberse solicitado, no se ha creado una bolsa de trabajo destinada a exalumnos, de la misma forma que no promueven en obras oficiales de restauración y/o construcción la contratación de sus exalumnos».
El currículum académico de la escuela también ha sido motivo de protesta desde un inicio por los alumnos, y también es un punto a reivindicar por los exalumnos. Según la Escola de Canteiros de Pontevedra son únicos en el mundo y la única con este tipo de instalaciones, pero, sin embargo, nadie la conoce, como a otras escuelas como sería el caso de Compagnons du Devoir. Los exalumnos reivindican: «Ordenación del programa académico a impartir, ordenadas las materias por cursos, con piezas concretas y trabajos, asignaturas relacionadas con la creatividad y el diseño. asignaturas que proporcionen el conocimiento tecnológico en programas informáticos y medios auxiliares necesarios: Autocad, programas de modelado en 3D, uso de escáneres, uso del laboratorio (existente en el centro pero cerrado)… y la creación de intercambios con otras escuelas del sector internacionales o centros de trabajo que admiten prácticas, para darse a conocer y para que los estudiantes adquieran otra visión y ampliación de su formación (por ejemplo, Les Compagnons du Devoir, los talleres de restauración de la Catedral de Köln donde se imparte formación, etc).
Desde el colectivo también mencionan al profesorado cualificado para impartir las materias, algunos de los profesores no son los adecuados y otros tienen oficio, pero no saben impartir asignaturas.
«A todo esto, se ha de sumar el hecho que siempre que las protestas para reivindicar mejores estudios, profesorado o la homologación del título, han sido desde el alumnado, estas han sido reprimidas mediante amenazas de expulsión, llegándose a producirse en algunos casos, de alumnado y profesorado que las apoyasen».
En estos momentos la escuela cuenta con 26 alumnos 11, formación común, y 16 formación específica, cuando había tenido hasta casi un centenar de alumnos. La degradación de los estudios y la falta de responsabilidad son evidentes.
«El espíritu originario de la escuela para ser un referente de los profesionales de la piedra, y del granito, un promotor del oficio, como lo había sido, se ha diluido debido a la mala gestión e impasividad por parte de la Diputación y de la Dirección de la escuela.
Desde la Asociación se quiere dar a conocer la problemática y conseguir que sus estudios sean homologados y oficiales, para solucionar su situación de irregularidad, así como fomentar un cambio en la gestión de la escuela, y que realmente se convierta en un referente a nivel estatal e internacional, con un vínculo entre escuela y exalumnos».
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