En un giro inesperado dentro de la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y Brasil, gran parte de las exportaciones brasileñas de piedra natural estarán exentas del nuevo arancel del 50% decretado por el presidente Donald Trump. Esa medida que afecta principalmente a Espirito Santo que concentra la mayor parte de la exportaciones de piedra natural del país ha llevado a la Asociación Brasileña de Piedras Naturales (Centrorochas) a seguir presionando al gobierno Norteamericano.
Representantes del sector brasileño de la piedra natural, encabezados por la Asociación Brasileña de Piedras Naturales (Centrorochas), participaron en una agenda oficial en la Embajada de Brasil en Washington, D.C., el pasado viernes para la entrega simbólica de una carta a la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB) y al Instituto de Piedras Naturales (NSI). El documento, firmado conjuntamente por las tres entidades, refuerza la solicitud de inclusión de materiales brasileños adicionales en la lista de exenciones del arancel adicional del 40% impuesto por Estados Unidos a las importaciones brasileñas.
Esta acción marca un paso más en la continua labor de incidencia de Centrorochas desde el anuncio de la medida el 9 de julio. Recientemente, el sector alcanzó un hito importante con la confirmación de la exención del código 6802.99.00 del HTSUS, una categoría que incluye la cuarcita, el principal producto exportado por Brasil. Ampliamente utilizada en la construcción y acabados de alta gama, la cuarcita representó aproximadamente el 50 % de las exportaciones brasileñas de piedra natural al mercado estadounidense en 2024.
Si bien la exención parcial supone un alivio, Centrorochas enfatiza que es necesario continuar los esfuerzos. «La carta enfatiza la necesidad de ampliar la lista de exenciones para incluir materiales como el mármol, el granito y la pizarra, todos ellos ampliamente utilizados por la industria estadounidense y que no tienen sustitutos nacionales viables», declaró Fábio Cruz, vicepresidente de la asociación.
El impacto del arancel en el mercado estadounidense también ha generado creciente preocupación entre los actores locales. Según datos preliminares de la NAHB, los nuevos aranceles podrían aumentar significativamente el costo promedio de la construcción de viviendas nuevas en EE. UU. Mantener el arancel representa un riesgo directo para más de 200.000 empleos en el país, que abarcan fabricantes, distribuidores e instaladores del sector de la piedra natural. La falta de insumos alternativos y la rigidez de los contratos vigentes agravan aún más la situación.
Según estimaciones de la NAHB, los aranceles propuestos supondrían de media un incremento de más de más de 9.000 euros al costo de cada vivienda nueva construida en Estados Unidos. La organización estima que aproximadamente el 7% de todos los materiales de construcción utilizados en nuevas construcciones residenciales unifamiliares y multifamiliares en 2024 provendrán de países extranjeros. Además, el costo de los materiales de construcción ya ha aumentado un 41.6% en los cinco años transcurridos desde la pandemia, superando con creces la tasa de inflación acumulada del 21.9%. «La imposición de aranceles a estos materiales, electrodomésticos y acabados amenaza con interrumpir las cadenas de suministro y aumentar aún más los costos de la vivienda para las familias estadounidenses», afirman desde Centrorochas.
La ceremonia en la Embajada de Brasil reunió a representantes de empresas brasileñas, autoridades locales, socios institucionales y al presidente de Anfacer (Asociación Brasileña de Fabricantes de Revestimientos Cerámicos), Maurício Borges. El evento destacó el posible impacto directo que los aranceles podrían tener en el sector de la construcción estadounidense. Si bien el impacto final en los consumidores aún se está evaluando, las perspectivas actuales ya generan preocupación entre las asociaciones del sector y los distribuidores de materiales de acabado.
Con la firma simbólica de la carta y la unión de las tres entidades en torno a una causa común, el objetivo es involucrar al Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) en el reconocimiento de la importancia de mantener un flujo comercial sólido entre ambos países y evitar repercusiones negativas en el empleo, los contratos y las inversiones de ambas partes.