La Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción (CEPCO) ha hecho público en agosto su Informe de Coyuntura Económica Julio 2025, que refleja un escenario de contrastes para la construcción española. En los primeros cinco meses del año, el valor de las exportaciones de materiales de construcción retrocedió un 5,3 %, mientras que las importaciones se incrementaron un notable 16,2 %, lo que resulta en un saldo comercial aún positivo —de 1.440 millones de euros— pero reducido en un 58,5 % respecto al año anterior.
En términos reales, descontando los precios, las exportaciones decrecieron un 7,6 % en volumen durante el primer cuatrimestre, mientras que las importaciones crecieron un 13,4 %. El empleo en el sector marcó una tendencia opuesta a la del comercio exterior: la población activa creció un 3,2 %, alcanzando los 410.500 trabajadores en el segundo trimestre, lo que representa el 1,7 % del total nacional y el 12,9 % del total de la industria española, mientras que la tasa de paro descendió al 6,2 %, aunque sigue estando más de cuatro puntos por encima de la media nacional.
El mercado de vivienda nueva aporta un soplo de optimismo: las compraventas crecieron un 30,7 % en mayo respecto al mismo mes del año anterior, con una tasa interanual del 35,3 %. El Índice de Precios Industriales (IPRI) general experimentó un repunte hasta el 0,8 % en junio —0,9 puntos más que en mayo— mientras que el índice subyacente, sin energía, se mantuvo en negativo, aunque mejoró ligeramente hasta el –0,6 %.
El consumo interno de cementos acumulado cerró el primer semestre con un alza del 6,5 %, los prefabricados de hormigón cayeron un 3 % hasta abril, pero el hormigón creció un 3,4 % en el primer trimestre a pesar de las lluvias, y las ventas de lanas minerales aislantes aumentaron un 8,2 % en 2024.
En este contexto, el sector de la cerámica estructural —subsector con arraigo histórico y fuerte posición exportadora— emerge como uno de los más sólidos, mientras que la piedra natural conserva su peso estratégico dentro de la industria, ayudando a contrarrestar la caída global del comercio exterior. Las aportaciones de ambos segmentos, firmemente asentadas en mercados exteriores y sinergias regionales, suponen una tabla de salvación en un entorno que combina menores exportaciones con un fuerte impulso del mercado doméstico.
En resumen, el sector de la construcción navega entre la ralentización internacional, con menores exportaciones y mayor dependencia de las compras exteriores, y una demanda interna que recupera impulso, sostenida por la cerámica y la piedra natural como activos estratégicos dentro del tejido industrial español.