El Gobierno ha declarado el estado de alarma durante 15 días para contener la expansión de la pandemia del coronavirus. El Consejo de Ministros se reunirá este sábado para declararlo. El aumento de los casos de afectados por coronanirus ya ha tenido las primeras repercusiones en el segmento de marmolerías. Algunas han registrado en la última semana un descenso de hasta el 30% en los pedidos, especialmente los talleres que trabajan con fabricantes de cocina con periodos cortos de fabricación.
La posibilidad de que en los próximos días la administración pueda tomar medidas más contundentes y obligar a cerrar comercios, como las tiendas de cocina, -principal cliente de los marmolistas- pone aún más en jaque al sector.
Algunos marmolistas madrileños sin embargo afirman que están despachando ahora los pedidos de hace dos meses y que todavía no han notado el parón. Se trata de aquellos que trabajan con fabricantes nacionales como Santos o tiendas de cocina distribuidoras de mueble italiano o alemán. Estas tiendas manejan unos tiempos de dos meses para la fabricación de las cocinas, de ahí que algunos talleres todavía no hayan tenido problemas. Este es el caso de Mármoles Luján: “A día de hoy el volumen de pedidos es como el del año pasado”. Corrobora también esta situación otro empresario marmolista madrileño que prefiere no revelar su nombre: “En quince días o un mes, sabremos cómo nos va a afectar esta situación”.
Por otra parte, los marmolistas que están ahora mismo haciendo instalaciones de obras como fachadas y portales siguen trabajando con normalidad y no han tenido incidencias, como es el caso de Ropema Rubio en Moraleja de Enmedio (Madrid).
Gestión de recursos humanos
La gestión de los recursos humanos en las marmolerías es otro de los caballos de batalla a los que pueden tener que enfrentarse los talleres en las próximas semanas. Algunas de las empresas consultadas por Focus Piedra están reorganizando los turnos de los trabajadores intentando adaptarse a la demanda debido al descenso de pedidos. Otras ya han consensuado con los trabajadores que soliciten 15 días de vacaciones. Si la situación se endurece, otras no descartan tener que hacer despidos de personal.
Otra de las principales preocupaciones está en el montaje de las encimeras. Algunos clientes están posponiendo las instalaciones, lo que también tiene una repercusión directa en el ritmo de trabajo, una situación que también podría recrudecerse en los próximos días.
Estado de alarma
El estado de alarma está regulado en el artículo 116 de la Constitución y en una ley orgánica específica, la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de estados de alarma, excepción y sitio. De los tres supuestos, el primero es el más leve y, a diferencia del estado de excepción y de sitio, no permite la suspensión de derechos fundamentales, como por ejemplo los derechos de reunión o el de libertad de expresión.
Una vez activado el estado de alarma, el Gobierno puede:
a) Limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados, o condicionarlas al cumplimiento de ciertos requisitos.
b) Practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones personales obligatorias.
c) Intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier naturaleza, con excepción de domicilios privados, dando cuenta de ello a los ministerios interesados.
d) Limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad.
e) Impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de los servicios de los centros de producción afectados por el apartado d) del artículo cuarto.
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