La historia de los hermanos José y Miguel López Alcaraz es la de una familia ligada al trabajo en la marmolería. Nacidos en el seno de una saga con raíces en Arroyo del Ojanco (Jaén), ambos siguieron los pasos de su padre, que fundó la primera marmolería familiar en 1994. Hoy, cada uno dirige su propio taller —Mármoles López e Hijos S.L., en Jaén, y Texcanals, en Canals (Valencia)—, pero el espíritu emprendedor y la colaboración siguen siendo los mismos. Su última inversión ha sido la máquina de cinco ejes Tecnika Evo del fabricante italiano Denver, distribuida en España por Insemac, que marca un nuevo salto tecnológico en sus empresas.

“Ojalá la hubiéramos comprado antes”, confiesa Miguel López, desde su taller valenciano Texcanals. “Va más rápido todo, las ventosas te separan las piezas y es una maravilla”. La suya fue la primera en ser instalada en el taller, en plena Semana Santa, y desde entonces no ha parado de trabajar con ella. “En una hora tienes una cocina normal hecha; con la otra máquina tardaba cuatro horas. Es muy rápida, los cortes son perfectos y puedes hacer muchas cosas”.

Miguel, que fundó Texcanals en 2002 tras trasladarse a Valencia por motivos familiares, convirtió una antigua nave textil en su taller de piedra. “Era un pueblo muy industrial y aproveché una de las tres naves que tenía la familia de mi mujer”, recuerda. A lo largo de los años ha visto pasar distintas crisis, pero también ha sabido adaptarse. Hoy, con una estructura reducida —solo dos personas en plantilla—, la productividad de la nueva Tenika Evo de Denver le ha permitido multiplicar el rendimiento: “Ayer hice una encimera súper complicada con ingletes que antes me llevaba media semana y ahora la hago en un día”.

Su hermano José López, al frente de Mármoles López e Hijos en Arroyo del Ojanco (Jaén), instaló su Tenika Evo un mes más tarde, en mayo. “Miré otras opciones, pero esta me gustó por el servicio técnico y la fiabilidad de Insemac”, explica. “El cambio del disco puente a los cinco ejes es muy grande, pero nosotros ya usábamos control numérico y la adaptación ha sido rápida. En una mañana puedo hacer tres cocinas cuando antes solo una. La producción se ha más que duplicado”.
El taller jiennense, con cuatro trabajadores, combina obra funeraria, encimeras y trabajos en porcelánico. “Durante el año, más del 60% de lo que hacemos son cocinas, pero también mucho cementerio. Aquí hay mucho panteón”, comenta José. La versatilidad de la máquina y su cámara para alineación de vetas han resultado claves: “Cuando metes una encimera, te hace los cajetines y los fresados sola. Y la cámara es fundamental para jugar con las vetas en cocinas grandes”.

Ambos coinciden en que el servicio técnico de Insemac y Denver ha sido determinante. “Lo más importante es que cuando llamas, te cogen el teléfono”, asegura Miguel. “Confiamos mucho en Insemac y en el mecánico, mejor servicio que este no vamos a tener”. José subraya la misma idea: “La formación ha sido muy fácil. En dos o tres días ya trabajas sin problemas, y si necesitas ayuda se conectan a la máquina y te lo solucionan al instante”.
Las dos Tenika Evo, adquiridas casi simultáneamente, simbolizan la unión familiar que sigue viva a pesar de la distancia entre sus talleres. De hecho, los hermanos aún colaboran en grandes proyectos, como el que realizaron hace dos años en una residencia de estudiantes en Sevilla: “Montamos 300 cocinas entre los dos. Yo hice unas 80 o 90, él el doble. Cortábamos en nuestros talleres y luego montábamos juntos”, recuerda Miguel con orgullo.
Con subvenciones aprobadas para parte de la inversión —un 30% en el caso de Miguel y casi un 40% para José—, ambos planean seguir modernizando sus talleres. “En dos o tres años me gustaría poner otra máquina igual”, adelanta José. Su hermano también piensa en nuevas incorporaciones: “Si pudiera, compraría otra como esta. O algo más pequeño para manipulación”.
La historia de los hermanos López Alcaraz demuestra cómo la innovación tecnológica puede reforzar los lazos familiares y dar continuidad a una tradición artesanal que comenzó hace más de tres décadas. Entre Jaén y Valencia, las dos Tenika Evo trabajan a pleno rendimiento, uniendo pasado y futuro bajo el mismo apellido.