La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, han cerrado un acuerdo político clave para estabilizar las relaciones comerciales transatlánticas y reducir de forma significativa las tensiones arancelarias. El pacto, anunciado oficialmente el 27 de julio, sienta las bases para una nueva etapa de colaboración entre ambos bloques, que mantienen la relación comercial e inversora bilateral más importante del mundo.
El acuerdo establece un techo arancelario único del 15% para la mayoría de las exportaciones europeas a Estados Unidos, lo que representa un alivio inmediato para sectores como el automotriz, los productos farmacéuticos y los semiconductores. También contempla la eliminación de aranceles adicionales para productos estratégicos como aeronaves, ciertos químicos y recursos naturales, devolviendo los gravámenes a los niveles previos a enero de este año. No será el caso para el sector de la piedra natural y los materiales cerámicos.
Según datos oficiales, el comercio bilateral entre la UE y Estados Unidos superó los 1,6 billones de euros en 2024, con más de 4.200 millones de euros en bienes y servicios cruzando el Atlántico a diario. Además, la inversión mutua alcanzó los 5,3 billones de euros en 2022, consolidando una red económica profundamente integrada que da soporte a miles de empresas, incluidas pymes, y millones de empleos.
Impacto en el sector cerámico
Según la Cámara de Comercio de España, el nuevo arancel del 15 % que Estados Unidos aplicará a las exportaciones de productos europeos podría reducir entre un 7 % y un 13 % las ventas españolas al mercado estadounidense.
Este efecto será especialmente grave en Castellón, epicentro del sector cerámico español, donde las exportaciones destinadas a EE. UU. podrían perder hasta 100 millones de euros. En esa provincia, la cerámica representa el 44 % de las exportaciones a Estados Unidos, con más de 550 empresas involucradas y un volumen anual que supera los 1.000 millones de euros
Este arancel coloca a la industria cerámica española en desventaja frente a competidores globales como México, India o Turquía, que cuentan con menores costes logísticos o están exentos de aranceles (México, por el USMCA). Ello va a obligar al sector a buscar nuevas estrategias como diversificar mercados, mejorar la calidad del producto y reforzar la revisión arancelaria con apoyo institucional. Desde la patronal cerámica ASCER consiseran que es pronto para valorar el acuerdo alcanzado «porque todavía no han trascendido detalles que permitan saber en qué posición se quedarían las empresas en sus exportaciones a EEUU».
Impacto en el sector de piedra natural
En cuanto a la piedra natural, tanto España como Italia van a ser las principales perjudicadas. Según Matteo Venturi, presidente de la Delegación de Massa Carrara de Confindustria Toscana Centro e Costa, el riesgo es tangible. En 2023, el 40% de las exportaciones de mármol procesado de Carrara tuvieron como destino Estados Unidos, con un valor de 150 millones de euros. De hecho, Estados Unidos sigue siendo el primer mercado objetivo para el mármol, el granito y la piedra natural italianos y también para la maquinaria y los equipos relacionados fabricados en Italia.
España depende en gran medida del mercado exterior para la piedra natural, especialmente en productos de mayor valor y sectores especializados. Este arancel general del 15 % incrementará los precios para los importadores estadounidenses, reduciendo su demanda o desplazando las compras a proveedores no afectados por gravámenes (como Turquía, India o Brasil), que ya están incrementando su presencia en EE. UU.
Reducir barreras no arancelarias
Además de las medidas arancelarias, ambas partes se comprometen a reducir barreras no arancelarias, facilitar el reconocimiento mutuo de estándares técnicos, reforzar la cooperación en seguridad económica e impulsar inversiones cruzadas. La UE prevé adquirir productos energéticos estratégicos de Estados Unidos por valor de 700.000 millones de euros en los próximos tres años y chips de inteligencia artificial por 40.000 millones más, en una apuesta por fortalecer su autonomía energética y tecnológica.
Aunque no es jurídicamente vinculante, el acuerdo político marca el inicio de una nueva etapa en la relación económica transatlántica. Bruselas y Washington continuarán las negociaciones para implementar plenamente los compromisos asumidos, respetando los procedimientos internos de cada parte. La Comisión Europea subraya que este entendimiento refuerza los intereses económicos esenciales de la UE sin comprometer su soberanía regulatoria.