Los investigadores del IGME Javier Martínez y José Mediato van a ser los encargados de descubrir las canteras originales de las que salió la piedra natural para el acueducto de Segovia.
Estos días analizan desde una grúa todas las características del materiales. Empezaron en el tramo del monumento romano de una sola arcada y han continuado en el Azoguejo, la zona de doble arcada, la de mayor altura y también la que se presupone ha tenido menos intervenciones en los últimos 2.000 años.
Su misión, la primera realizada por geólogos de este instituto público, es encontrar las canteras de las que procede la piedra del principal monumento de Segovia y uno de los más destacados del legado romano en el mundo.
Martínez explica que hay varios tipos de granito, la piedra con la que se construyó el Acueducto, y el estudio de caracterización geoquímica de los sillares se lleva a cabo a través de rayos X para determinar sus cualidades químicas. Esta caracterización no es otra cosa que localizar cuántos tipos diferentes de granitos hay en la construcción, identificando composiciones, diferentes texturas, distintos tamaños de cristal y así, van diferenciando entre piedras para identificar su fuente de origen, las canteras de las que se extrajeron.
Asociar piedras de granito con canteras determinadas puede ser muy útil para la conservación del monumento. “Cualquier plan de este tipo tiene que partir del material con el que está construido. Nuestra parte contribuye a crear un fondo de datos, de conocimientos sobre el granito utilizado para el Acueducto”.
Si en algún momento fuera necesario sustituir algún sillar o incorporar material, “lo ideal sería que fuera con el mismo material con el que se construyó inicialmente”, señala este investigador, que añade que “es fundamental conocer el material para incorporar material idéntico o lo más parecido posible”.
A parte de esta primera aplicación directa, comenta que “ante cualquier tratamiento superficial, como consolidantes o hidrofugantes o cualquier otra sustancia de conservación, conviene conocer muy bien el material, el tipo de granito, de ahí la importancia de su caracterización, es la base para los planes de conservación del Acueducto”.
Precisamente, los investigadores han comprobado que a nivel superficial el granito del Acueducto está deteriorado pero puntualizan que “es un material que lleva 2.000 años de exposición a la intemperie y lo más probable, casi con absoluta seguridad, es que esta alteración sea muy superficial y corresponda a menos de un centímetro de profundidad desde la superficie. Cabe esperar que el interior de los sillares esté en buen estado de conservación. A priori no hay que preocuparse por su estabilidad atendiendo al estado del material”.
En el entorno de Segovia se sabe que hay ocho o nueve afloramientos graníticos “y en todos ellos hay signos de cantería histórica”, señala Martínez; es decir, de todos se ha extraído piedra aunque no necesariamente en todos los casos para el Acueducto. De hecho, lo más probable, según el IGME, es que proceda de dos o tres, aunque se presume que en restauraciones se utilizó de canteras diferentes. Este estudio podrá, o no, confirmarlo.