Joseba Escribano es doctor en Arquitectura, Profesor Titular de Universidad de Patología y Rehabilitación en la Escuela Superior de Arquitectura de Donostia y una de las cabezas visibles en el estudio A.R.62-arquitecturía, S.L. de Bilbao que fundó hace más de cuarenta años. Focus Piedra le visita en su estudio de la calle Alameda Rekalde 62 para conocer cómo trabajan.
¿Cómo surgió A.R.62-arquitecturía, S.L. y cómo ha evolucionado con los años?
Todo comenzó en el año 1974, cuando tres estudiantes de Bilbao, que nos conocimos en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, decidimos intentar hacer algo juntos. A lo largo de todos estos años el estudio ha ido evolucionando y fue en el año 2000 cuando tomó definitivamente el nombre de A.R.62-arquitecturía, S.L. En la actualidad, el equipo de arquitectos lo conformamos Helena Aranzabe García, Alberto de Abiega Quintano y yo.
¿Tienen algún reparto especial del trabajo?
No, normalmente intentamos que haya un único interlocutor para mayor coherencia del trabajo, pero todos hacemos de todo. Independientemente de que con algunos clientes unos tengamos más relación que otros.
¿En qué tipo de proyectos están especializados y en qué se diferencian del resto?
Hemos hecho de todo; viviendas, rehabilitación, interiorismo, urbanismo, obra pública… No podría decir que estamos especializados en algo en concreto, aunque sí es cierto que hemos hecho muchos proyectos en diferentes centros educativos del País Vasco, Navarra, Andalucía y ahora también en Aragón.
Pocos saben que en Bilbao fueron los pioneros en fachadas ventiladas.
La verdad es que casi me atrevería a decir que fuimos los primeros en instalar una fachada ventilada en Bilbao. Fue en el año 1990, aproximadamente, en el edificio de la Audiencia Provincial de Bilbao, una obra en la que el constructor fue Dragados y Construcciones. Por eso, poco antes de la construcción del Museo Guggenheim, un colaborador de Frank Ghery vino a consultarnos cómo era el sistema que estábamos utilizando.
En este proyecto además emplearon piedra natural.
Sí, se colocó una arenisca de Lérida porque pensamos que era la mejor opción. Para los interiores, en su momento, elegimos un mármol verde con una veta muy fina. Cometimos el error de no solicitar un rango de vetas y al final el material que colocamos tenía una veta color rosa, para nosotros, enorme… afortunadamente nadie se dio cuenta.
¿Qué ventajas e inconvenientes tiene trabajar para la Administración?
Arquitectónicamente hablando es más fácil el trabajo con la Administración: tienes más libertad en las propuestas, aunque desde el punto de visto documental es mucho más engorroso. En el caso de los clientes privados es más complicado a nivel arquitectónico y normalmente más fácil en todo lo que tiene que ver con la tramitación. Aunque, como en todo, siempre hay excepciones.
¿Qué proyectos habéis realizado recientemente y qué tenéis en cartera?
Ahora mismo está en marcha una cooperativa de cinco viviendas en Llodio para las que vamos a utilizar piedra natural en la fachada. Una de nuestras últimas obras más importantes ha sido un silo automatizado, edificio de control de accesos y oficinas-picking para Coca Cola en Galdakao.
En un momento en el que no hay volumen de trabajo para todos los profesionales de la arquitectura, ¿Cuál sería su receta para sobrevivir?
No tengo receta. Estos momentos son realmente complicados para todos. Y algunos hemos sobrevivido a muchas crisis…
¿Han ayudado un poco los certificados de eficiencia energética o los ITE’s?
No, en absoluto. Hace poco he visto una empresa que ofrecía un certificado energético por poco más de 50 euros. Es imposible competir con eso. La fórmula que debemos utilizar es ofrecer el IEE que incluye los tres certificados: la ITE, el certificado energético y el de accesibilidad.
¿No hay ninguna lectura positiva de la crisis?
Quizás que algunos gremios que antes tenían unos costes muy elevados ahora los han reducido aun trabajando con la misma calidad. Sin embargo, respecto a la agilización de los trámites con la Administración las cosas siguen sin cambiar. Pese a que hay menos licencias, los tiempos de espera siguen siendo los mismos.
¿Cree que la normativa sobre eficiencia que entrará en vigor en 2020 obligará a comunidades de propietarios, promotores y constructores en general a cambiar la forma de proyectar, construir y reformar?
Conseguir consumo casi cero en nueva construcción puede ser viable, pero hacerlo en rehabilitaciones es más complicado. Sobre este tema uno de los debates que se plantea es qué soluciones pueden aplicarse (para aumentar la eficiencia energética) a fachadas con ladrillo caravista que son mayoritarias en ciudades como Bilbao.
Es profesor de la Escuela de Arquitectura de San Sebastián desde hace 38 años, ¿cómo diría que es la formación y la preparación de los alumnos cuando salen de la facultad? ¿Qué considera que debería cambiar?
El enfoque de la enseñanza ahora mismo es de talleres y muy práctico. No tiene nada que ver con mis años de estudiante. Ahora todos los alumnos acuden con portátiles a las clases. Prácticamente nadie toma apuntes y todo se hace a partir de soportes digitales. El utilizar el ordenador como una herramienta de estudio tiene como inconveniente que hace más difícil interactuar en grupo.
En cuanto al arquitecto profesional, con los cambios permanentes de normativas y los avances tecnológicos, ¿en qué opina que están más verdes o que acciones formativas echa en falta?
Pienso que hoy en día con las herramientas disponibles un arquitecto puede hacer por sí mismo prácticamente todo. Antes necesitabas contar con distintos colaboradores. Lógicamente trabajar ocupándose uno mismo de todo, también tiene sus riesgos.
¿Cómo cree que va a evolucionar la arquitectura en los próximos años?
No creo que vayamos a ver grandes avances. Quizás algo en la mejora de materiales de construcción, aunque la inversión en investigación es mínima. En general, y debido a la crisis, preveo un estancamiento en la arquitectura muy alejado de la aceleración y la evolución de los últimos años.