La recuperación de la Casa Julve de Alcañiz como centro cultural y escuela de música ha recibido el premio NAN Arquitectura y Construcción 2013 en la categoría de reforma y rehabilitación.
El estudio zaragozano Magén Arquitectos recogió el galardón en una cena celebrada en Barcelona.
La antigua Casa Julve, rehabilitada hace unos años e inaugurada en 2011 para albergar el Liceo-Espacio de Creación Musical de Alcañiz, se ha consolidado, en los últimos tres años, como un lugar de creación artística: musical, teatral y de danza. Entre semana, por sus pasillos pasan alrededor de 1.000 personas ya que desde hace 3 años alberga la Escuela de Música Municipal de Alcañiz y otros muchos colectivos. Este edificio da cabida a un sinfín de asociaciones que utilizan el espacio tanto con un fin musical, como para acoger reuniones vecinales, claustros de profesores, asambleas, juntas, exámenes de conducir.
El edificio respeta la estructura de la casa y algunos elementos arquitectónicos, aunque se han tenido que instalar algunos nuevos. La entrada, que albergaba la tienda de la Casa Julve, distribuye el acceso a las diferentes plantas a través de la escalera de mármol. En la bóveda de la escalera central se mantiene el pinjante de motivos naturales restaurado basándose en los diseños originales. La fachada principal fue rehabilitada para mantener la arcada en la parte superior, justo debajo del tejado, mientras que la posterior, a la que precedía un corral, se reconstruyó interpretando los espacios para situar la terraza de la cafetería donde tienen lugar los conciertos en verano.
El paso del tiempo había afectado significativamente a la conservación del edificio, lo que sólo permitía reconocer su configuración original en la crujía sobre la calle Mayor y el patio de la escalera principal, en precario estado estructural. Por ello, el proyecto planteó desde sus inicios una intervención alejada tanto de la reconstrucción mimética como del énfasis en un evidente contraste entre la nueva actuación y lo existente, buscando el equilibrio entre preservar sus valores patrimoniales y dotar de coherencia interna a la totalidad de la intervención. Según explica el estudio de arquitectura, se transformó el edificio a través de una lectura de sus trazas que recuperó los elementos y espacios singulares y planteó reemplazar las modificaciones y superposiciones que había sufrido la zona posterior del edificio por una nueva intervención. Se estableció un «diálogo amable» entre ambas mediante un sistema de vacíos situados en la crujía central que unen y a la vez separan los espacios históricos y la nueva intervención. Esto permitió una percepción unitaria del conjunto y una sensación de amplitud al comunicar visual y espacialmente las diferentes plantas.
El desarrollo del programa estaba condicionado por la decisión de mantener íntegramente sus proporciones originales y de abrir hacia la calle el jardín posterior como nuevo espacio público de acceso y expansión del edificio y de esponjamiento del casco histórico, al que se accede por el bar.
También se realizaron dos operaciones adicionales. Por un lado, la ocupación completa de la parcela en planta sótano y de la planta baja del edificio vecino para albergar la sala de conciertos. Por otro, la modificación de los niveles de las plantas superiores en la crujía posterior para habilitar una planta adicional en un nivel intermedio.
