La industria cerámica europea ha aprovechado la celebración de los European Ceramic Days 2025 para lanzar un mensaje contundente: sin acciones inmediatas, el sector corre el riesgo de perder su resiliencia y su posición global. Durante el encuentro, que se celebró del 1 al 3 de diciembre en Bruselas bajo el lema “Ceramics: Building a Sustainable and Greener World”, Cerame-Unie presentó una nueva Cumulative Costs Assessment que pone cifras al impacto creciente de los costes regulatorios, energéticos y de carbono. Tanto ASCER como Confundistria Ceramica en Italia se ha sumado a esta preocupación.
La cita coincide con la 31ª edición del European Policy Ceramic Forum (EPCF), presidida por la eurodiputada Elisabetta Gualmini y dedicada a analizar cómo garantizar un entorno de negocio estable en un contexto regulatorio y geopolítico cada vez más incierto. Representantes de toda la cadena de valor cerámica y responsables políticos europeos y nacionales se reúnen estos días para abordar los desafíos que amenazan al sector.
Caída del 30% en la producción y pérdida de empleo
Según los datos de Cerame-Unie, la competitividad de las empresas europeas se ha visto gravemente afectada por la combinación de objetivos climáticos cada vez más exigentes, el encarecimiento de la energía y las emisiones, y la competencia desleal de terceros países. Desde 2021, la producción del sector ha caído un 30%, su balanza comercial se ha reducido a la mitad y se ha destruido el 10% de los puestos de trabajo directos —un sector que emplea a más de 200.000 personas en Europa.
El informe presentado alerta además de un incremento acumulado de costes del 30-40%, derivado en gran parte del precio de la energía y de la CO₂, que “resulta inasumible y no encuentra equivalentes en otras regiones del mundo”. De mantenerse esta tendencia, advierten, la deslocalización industrial podría acelerarse en los próximos años.
La industria cerámica europea desempeña un papel estratégico en el desarrollo sostenible, con una amplia gama de productos de alta calidad fabricados localmente, que aportan valor añadido en origen y vertebran el empleo en áreas rurales. Sin embargo, muchos de estos centros productivos se enfrentan a carencias de infraestructura, dificultades para acceder a financiación para I+D y elevados costes energéticos que frenan su capacidad de descarbonización.
Aunque el sector reafirma su compromiso con la neutralidad climática en 2050, insiste en que necesita estabilidad regulatoria, inversiones a gran escala y acceso a energía asequible para avanzar en la transición sin sacrificar su competitividad.
Llamamiento a una intervención inmediata
Cerame-Unie reclama acciones urgentes que incluyan una mayor simplificación del sistema europeo de comercio de emisiones (EU ETS), especialmente para pequeñas instalaciones, la ampliación de la compensación por costes indirectos y la suspensión de la reducción de las cuotas gratuitas de CO₂ a partir de 2026. También insiste en la necesidad de reducir y estabilizar los precios de la electricidad en la UE, facilitar el acceso a fondos europeos para proyectos de investigación y aliviar la carga regulatoria y administrativa sobre pymes y mid-caps.
Heimo Scheuch, presidente de Cerame-Unie y CEO de Wienerberger AG, sintetizó el sentir del sector: “La actual crisis industrial y energética requiere medidas de emergencia, incluido un examen a corto plazo del ETS mediante una propuesta Omnibus. Para poder invertir en un futuro sostenible, la industria necesita estas medidas ahora”.
Los European Ceramic Days 2025 continúan en Bruselas con mesas de debate centradas en transición energética, competitividad industrial y el papel estratégico de la cerámica en la construcción sostenible y la cadena de suministros europea.
