Establecida como una fábrica de mármol durante casi 40 años, era importante para la empresa Mélanger encontrar el lugar adecuado para desarrollar la nueva actividad con la creación de una funeraria. Un salto con el que busca ampliar y complementar su actividad tradicional.
Después de varias propuestas de emplazamientos, el terreno ubicado en el 196, rue de la Querminais, se ha vuelto evidente para la accesibilidad, así como la simbología del seto y el molino harinero, símbolo del grano de trigo en el suelo que da muchos frutos.
Con un hall de recepción, una zona de cafetería, aseos accesibles a personas con movilidad reducida y dos amplias salas de meditación, la funeraria también cuenta con un espacio para la venta de artículos funerarios y una oficina para recibir y acompañar a las familias en duelo.
«Nuestro objetivo es permitir que las familias mediten con tranquilidad. Los dos salones que se ofrecen están diseñados para el bienestar de las familias y los seres queridos en estos momentos dolorosos. Dos consejeros funerarios estarán presentes en el sitio para apoyar y asesorar a las familias en todos sus trámites y en la organización del funeral», han comunicado desde la empresa.