La República Checa corre el riesgo de perder su autosuficiencia en la producción de piedra y arena. Estos materiales esenciales son cada vez más escasos porque los yacimientos cerrados no se sustituyen por otros nuevos. La obtención de permisos para la explotación de nuevos yacimientos es extremadamente complicada y prácticamente no se han creado desde hace mucho tiempo.
En Chequia todavía hay muchos yacimientos de arena y piedra, pero obtener un permiso y abrir una nueva cantera o un nuevo arenero puede llevar hasta 15 años, según Eurconstruct. Los mineros se enfrentan a la resistencia de los municipios y los habitantes locales durante el proceso. Las relaciones de propiedad sobre el terreno también son complicadas. Por último, el resultado de las evaluaciones de impacto ambiental es incierto.
Si bien las canteras nuevas o reabiertas son una rareza, en los últimos 30 años se han cerrado varias docenas. Actualmente, hay alrededor de 200 canteras de piedra en funcionamiento en el país. Hasta la mitad de los depósitos que se explotan actualmente se agotarán en 10 años.
La demanda deberá satisfacerse con materiales importados del exterior, lo que aumentará los costos de construcción y no beneficiará al medio ambiente. El gobierno pretende abordar la escasez principalmente mediante el reciclaje y la reutilización de materiales. Sin embargo, los constructores se enfrentan a limitaciones en el uso de materiales reciclados debido a las regulaciones técnicas de los inversores.
En Chequia, los precios de la piedra y la arena ya se están disparando. En la vecina Alemania, el precio de la arena es la mitad y en Polonia la diferencia es aún mayor.
El riesgo de los proyectos estratégicos
La situación es peor en el caso de la piedra necesaria para la construcción de vías férreas. Con la construcción prevista de líneas ferroviarias de alta velocidad, la situación se encamina sin duda hacia una escasez de áridos.
Además, los suministros de material se pactan con antelación, lo que dificulta la realización de grandes proyectos en el futuro. Por ejemplo, con la finalización de la central nuclear de Dukovany, existe el riesgo de que haya que importar material de Austria o de otros países. La escasez y la importación de materiales provocan un aumento de los costes de los proyectos. Si los costes de los proyectos aumentan excesivamente, su realización se retrasará aún más. Incluso sin esto, los grandes proyectos estratégicos se ven afectados por un presupuesto estatal limitado y una falta de voluntad política, lo que dificulta su realización.