El municipio madrileño de Tres Cantos alberga este bloque de 80 viviendas que incorpora medidas como la orientación sur-suroeste, que aprovecha mejor la luz, fachada ventilada en piedra de 35 cm, la calefacción por suelo radiante, que proporciona calor sin radiadores y frío sin aparatos de aire acondicionado, y los ascensores que recuperan energía cinética.
El director de la cooperativa “Arroyo Bodonal”, Antonio Martínez Ovejero, ha explicado que este proyecto “es el único que existe en el ámbito madrileño y seguramente también en el español”.
Está diseñado para “personas que invierten en ahorrar energía, porque reporta un beneficio económico y minimiza el impacto medioambiental”.
Martínez Ovejero ha animado a desarrollar más iniciativas como ésta porque es un edificio “europeo”, tanto por los materiales, como por las empresas y los objetivos y porque “España no va a cumplir los objetivos que plantea la Unión Europea para 2020 y nosotros los cumplimos cinco años antes”.
Para el director, el mayor resultado es que el proyecto se ha vuelto realidad y no sólo se ha realizado lo que estaba previsto, sino que “se ha mejorado y ya está funcionando“, por lo que es una “verdadera satisfacción” que a lo largo de esta semana comiencen a habitarse las viviendas.
Además, se ha apostado por un aislamiento “fuerte“, por una fachada ventilada con piedra natural de 35 centímetros y por cristales y carpintería metálica con “un nivel de calidad y eficiencia diferente a los convencionales”.
Ha explicado que las mejoras se han dado en el ámbito de la geotermia, el núcleo fundamental de producción de energía del edificio a partir del calor del interior de la tierra.
“En el proyecto había un par de bombas de calor por portal y ahora está centralizada”, ha continuado, “es un sistema desarrollado únicamente para la cooperativa, porque al tener una potencia de 430 kilovatios no existía un diseño de más de cuatro máquinas y ahora nosotros tenemos ocho, por lo que es mucho más eficaz y gasta menos”.
De hecho, este sistema ya se ha probado durante todo enero, antes de entregar las viviendas: “el mes ha sido crudo y el edificio, aparte de estar deshabitado, era nuevo, por lo que se daban todos los componentes de dificultad para calentarlo, pero la geotermia funciona divinamente”.