La empresa Grabasa ubicada en Burguillos del Cerro, provincia de Badajoz, acaba de entrar en punto muerto después de que finalizara el concurso de acreedores al que estaba sometida.
Los ex trabajadores de la empresa están interesados en reabrir las instalaciones y poder crear una empresa y para ellos han presentado un proyecto de viabilidad a la agencia pública Extremadura Avante encarga de la promoción empresarial.
Para poder poner de nuevo la empresa en marcha necesitan una financiación de 4 millones de euros. La mitad podría estar sufragada por Extremadura Avante pero para el resto del capital necesitaría contar con un socio externo. Si no consiguen la totalidad de la financiación podría surgir la posibilidad de que una empresa o socio compre la totalidad de la compañía.
Según José Manuel Olmedo ex presidente del comité de empresa de Grabasa «estamos buscando empresarios o fondos de inversión interesados en participar. Nuestra lucha es seguir trabajando aquí y también siendo socios para seguir adelante».
Los tres administradores concursales, Joaquín Riera, Alberto Asuar y José Antonio Carretero, van a sacar a subasta pública, en julio o en septiembre, las instalaciones de la fábrica. Por lo que esa financiación tendría que llegar en los próximos meses.
Los activos de Grabasa son de unos 14 millones de euros y superan al pasivo que es de 12 millones. La maquinaria con la que cuenta es puntera y la planta de transformación y acabados ocupa 42.000 metros cuadrados. Además la empresa tiene 21 canteras repartidas por todo el país y, a pesar de la crisis económica hay todavía cartera de clientes, sobre todo internacionales.
Grabasa entró en concurso de acreedores en 2011, aunque los ERE empezaron dos años antes. Cuando cerró, la plantilla era de 66 personas. El 11 de septiembre de 2012 oficialmente fueron al paro.