La comarca de Valdeorras (Ourense), corazón del sector pizarrero en España, se ha visto gravemente afectada por los incendios forestales que en los últimos días han devastado el territorio. Solo en Galicia se han calcinado ya 18.000 hectáreas, una cifra alarmante si se compara con la extensión total de la comarca, que alcanza las 96.890 hectáreas.
El fuego, que comenzó el pasado miércoles en Larouco con apenas 400 hectáreas afectadas según el primer parte oficial, se ha propagado con una rapidez fulminante. En tan solo cinco días ha multiplicado por 45 la superficie arrasada, avanzando hacia Carballeda de Valdeorras, A Veiga y O Bolo, y cruzando incluso a Quiroga, lo que amenaza a la sierra do Courel y extiende el peligro hasta la provincia de León.
Además de los daños medioambientales, las consecuencias para la actividad empresarial han sido inmediatas. En declaraciones exclusivas a Focus Piedra, el presidente del Clúster de la Pizarra, Eliseo López, confirmó que los incendios han afectado directamente al reinicio de la actividad tras las vacaciones:
“Los incendios nos han afectado en la reincorporación ayer después de las vacaciones, ya que estaban caídas las conexiones eléctricas y telecomunicaciones, tanto en Valdeorras (Ourense) como en Bierzo y Cabrera (León). Esto ha supuesto que muchas empresas no han podido trabajar normalmente en el día de ayer. La reincorporación nos ha afectado a prácticamente todas las empresas del sector de la pizarra tanto en Galicia como en Castilla y León”.
Empresas de la zona como Pizarras Gallegas han confirmado que en el día de hoy están trabajando con normalidad.
Los daños se han extendido por prácticamente todas las zonas pizarreras: Valdeorras, especialmente en el ayuntamiento de Villamartín; el Bierzo y la Cabrera en León; Quiroga en Lugo; y Aliste, particularmente en la localidad zamorana de Abejera. Según fuentes del sector, las llamas han afectado tanto a infraestructuras como a líneas eléctricas y a las conexiones esenciales para el funcionamiento de canteras y plantas de elaboración.
El incendio, descrito por los vecinos como “una mancha negra” que avanza sin control, ha arrasado no solo bosques y montes, sino también viñas y viviendas, dejando una de las peores crisis medioambientales y económicas que se recuerdan en la comarca.