El geólogo Luís Martins ha disertado sobre los recursos minerales y la sostenibilidad, una asociación estratégica y necesaria. El uso de los recursos minerales es tan antiguo como la propia historia del hombre. De hecho, fue tan importante en la evolución de la humanidad que los grandes períodos de la prehistoria tienen designaciones basadas en recursos minerales. En la actualidad nuestro día a día continúa dependiendo, más que nunca, de estos recursos.
A pesar de que la industria extractiva tenga una débil aceptación social debido a los impactos ambientales que genera, Europa ha continuado utilizando este tipo de recursos de manera creciente. Y lo ha hecho reubicando el origen de la oferta y los impactos. Una de las preguntas que surgen ahora es si la dependencia creciente del exterior será sostenible a medio y largo plazo. También se cuestiona la ética de si es justo exportar los impactos ambientales a otras partes del mundo, algunas de ellas sin la capacidad técnica para controlarlos y minimizarlos. Una respuesta que para Martins es negativa.
Desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible implica buscar un equilibro entre los fatores económicos, ambientales y sociales, para lo que es necesario el incremento de la ecoeficiencia material y de energía y la reducción de residuos. Cobra especial importancia el extender el ciclo de vida de bienes y productos, la disminución general del consumo, la eliminación de los residuos en la medida de lo posible, los conceptos de economía circular con mayor reutilización y reciclaje, las mejoras en el diseño económico y la búsqueda de sustitutos más ventajosos y viables en términos económicos y ambientales.
En este contexto será posible promover prácticas de gestión ecoeficientes teniendo en cuenta los aspectos económicos, sociales y ambientales. También será fundamental el apoyo a los sectores industriales pesados, como la actividad minera. Un sector que aparece como uno de los contribuyentes clave a muchos de los objetivos de sostenibilidad incluidos en la Agenda 2030 recientemente definida por la ONU.
La descarbonización de la economía y el uso generalizado de las tecnologías digitales conducen inevitablemente a una economía caracterizada por el uso intensivo de metales, principalmente de fuentes primarias, muchas de las cuales no son muy abundantes y requieren de su posterior procesamiento. Esto plantea serios problemas para asegurar el suministro a regiones del mundo, como el territorio de la Unión Europea. La autosuficiencia de la UE en todas las materias primas minerales es imposible, pero se puede lograr mucho mediante la introducción de la ‘mezcla’ de fuentes primarias y secundarias en su ciclo de consumo, además del desarrollo de políticas específicas.
Para contribuir al éxito futuro de la llamada ‘economía circular’ tomando los desafíos de sostenibilidad como un objetivo principal, se requiere la adopción de puntos de vista abiertos con respecto al suministro de energía y materias primas, considerando necesariamente las contribuciones de una industria minera responsable, así como la búsqueda constante de soluciones que conduzcan a un rendimiento más ecoeficiente.
Este éxito será imposible sin la contribución de los recursos minerales primarios como la reciente comunicación de la CE ‘Un planeta limpio para todos’ o ‘Estrategia 2050’, que establece que “las materias primas son facilitadores indispensables para soluciones neutrales en términos de carbono en todos los sectores de la economía”. Dada la escala del rápido crecimiento de la demanda de materiales, las materias primas primarias continuarán representando una gran parte de la demanda.