El estudio Mas Arquitectura renueva la imagen del restaurante A Mundiña en La Coruña con mármol blanco, un proyecto que en palabras de los arquitectos surge ante una necesidad de accesibilidad en el portal anexo, que «obliga a modificar el tabique que nos separa del mismo, suponiendo una pérdida de espacio en el interior del local».
Ante este punto de partida se plantean nuevas necesidades en el local, sobre todo compensar esa disminución en el espacio interior. «El requisito imprescindible es la mesa interior en ventana tal y como existía en el anterior local, lo que nos plantea una actuación conjunta en la zona de entrada junto con la fachada».
«Planteamos un anillo de madera de iroko que abrace la transición exterior-interior, de forma que la entrada de clientes y el nuevo rincón creado quede delimitados por este material. La suma de este elemento junto a la nueva fachada, planteada en tonos claros en contraste con los locales del entorno, supone una llamada a la atención de los peatones de la transitada Calle de la Estrella».
El iroko se asoma al exterior en forma de anillo, el mármol blanco y la chapa metálica se mezclan mediante rebajes y salientes, y todos juntos conjugan junto a la cuidada iluminación una presentación sin igual en esta zona coruñesa de vinos.
En el interior la barra de mármol protagoniza el espacio, aportando solemnidad al local y generando nuevas sensaciones interiores. El despiece en malla de la barra, dialoga con el botellero de la contrabarra, diseño a medida para A Mundiña, así como los diferentes complementos: expositores, pizarras, mobiliario inferior…
Las dimensiones, y el cuidado del detalle, llevan a provocar que el propio botellero se transforme, en el extremo de la entrada, para convertirse en revistero y en tarjetero, así como en un curioso paragüero en su encuentro con el anillo de iroko.
Otro elemento de detalle se sitúa en este encuentro de la barra con el botellero. La Vitrina del Pescado (bautizada en obra con este nombre) es el punto diferencial de la barra, la primera visión de los clientes y un expositor privilegiado para productos del mar.
El espacio de office de la contrabarra lleva nuestro más concienzudo trabajo de encaje en milímetros de piezas y necesidades, aumentando el almacenaje y la superficie de apoyo anteriormente existentes.
Los acabados interiores se tratan en consonancia con cada necesidad. El cambio de pavimento de todo el local, y los tratamientos en paredes hacen que A Mundiña tenga una imagen renovada para los nuevos tiempos, mientras mantiene la esencia de hostelería emblemática representada por una de las obras de Urbano Lugrís en A Coruña.
«Una obra de Lugrís que a nosotros nos deja un sentimiento de añoranza de lo que esperábamos fuera esta pared, pues buscamos tras el revestimiento preexistente lo que se sospechaba un mural oculto de Urbano. Esta vez no hubo suerte, pero desde nuestra asociación cultural O Mural (www.omural.es) no cesaremos en nuestro empeño de recuperar la obra de este artista gallego».
El mobiliario interior se realiza acorde a la nueva imagen, manteniendo plazas existentes, y mejorando las comodidades. Madera de nogal y chapa de canto para las mesas, y mármol para el rincón de iroko. Un rincón que mantiene la funcionalidad del antiguo local, y añade nuevas cualidades como la ventana de apertura deslizante inferior.
Esta carpintería permite mayor permeabilidad con una terraza donde las mesas y las jardineras se diseñaron de forma exclusiva.
El toldo en tonos claros, unido al conjunto que forman la fachada y el mobiliario ofrecen una imagen sugerente y diferencial, donde una chapa plegada conforma el logo que representa al local en la Calle de la Estrella.
Una calle de peatones, de vinos y de reunión, donde A Mundiña seguirá ofreciendo su magnífico servicio.