ASCER quiere manifestar su total rechazo a la posible activación del Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) que de aprobarse en sus términos actuales podría suponer para el sector fabricante de baldosas cerámicas un sobrecoste de 210 millones de euros en el quinquenio 2022-26.
«En el contexto actual, en el que las empresas del sector están gravemente afectadas por el alza de los costes de la energía, CO2, materias primas, transporte, y sufriendo ya una merma en su competitividad internacional, la aplicación del FNSSE sería una dificultad más que podría dejar fuera del mercado internacional a un gran número de empresas», han comunicado desde ASCER.
«Desde la industria no entendemos que el Gobierno rescate este Fondo justo en el peor momento, con un precio de la energía desbocado y sin medidas eficaces para reducir el impacto de la crisis energética en los sectores. Desde el sector nos unimos a la petición de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española de eximir a la industria de esta medida extemporánea», indican.
Además, tras la entrada en vigor de las nuevas directrices europeas de ayudas de Estado en materia de clima, energía y medio ambiente, «entendemos que el mecanismo de compensación de costes que prevé el FNSSE para los consumidores de gas natural, no podrán implementarse por considerarse ayuda de estado».
El Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico tiene por objeto asumir los costes asociados al régimen retributivo específico de las renovables, cogeneración y residuos (RECORE), extrayéndolos del conjunto de cargos del sistema eléctrico y trasladando progresivamente la mayor parte de su financiación a los comercializadores y operadores de todos los sectores energéticos. Las obligaciones de las aportaciones al FNSSE recaen sobre las comercializadoras de sectores energéticos, y el coste acabará siendo repercutido a los consumidores finales, sobre todo la medida incide directamente en las cuentas de los consumidores industriales gas-intensivos, mermando más aún su dañada competitividad, especialmente en los casos de sectores eminentemente exportadores, como es el sector de baldosas cerámicas. Además, en aquellos casos en los que la electrificación no es todavía factible, como en la cerámica, el sobrecoste derivado del FNSSE se convierte en una tasa, y no en un acelerador de la descarbonización.