Sorma, la empresa italiana con sede en Venecia Mestre (VE), líder en la distribución de herramientas para la industria metalúrgica y para el trabajo de la piedra y el vidrio, cumple 70 años de actividad. Un hito que, a pesar del actual período de incertidumbre vinculado a la pandemia, no puede pasar desapercibido: gestionado por la misma familia que fundó originalmente la empresa, Sorma mira a la próxima generación con un toque de orgullo y optimismo.
Fundada en 1950 en Venecia, hoy Sorma es una empresa consolidada que opera en 57 países y cuenta con más de 100 empleados, incluido el personal de marketing y administrativo, el personal de logística y el equipo de ventas. Su historia comenzó en estrecho contacto con el distrito de Murano, con el suministro de herramientas para el trabajo del vidrio. En los años posteriores a su fundación, la empresa logró hacerse con un papel como líder innovador en el campo de las herramientas abrasivas, siendo la primera en Italia en introducir las láminas diamantadas flexibles utilizadas con éxito en la construcción y para el trabajo de la piedra. Año tras año, Sorma ha ido creciendo y se ha embarcado en una aventura en la industria del corte de metales de la mano de grandes empresas japonesas, como Yamawa y Kyocera, con las que sigue colaborando.
Los años que han transcurrido desde la fundación de Sorma hasta la actualidad la han transformado y han sido testigos del crecimiento constante de una empresa que, a raíz de la centenaria tradición comercial veneciana, partió de los pequeños confines de la Laguna, para tejer relaciones con personas y empresas de todo el mundo. Es precisamente su territorio de origen el que siempre ha sido un impulso dinámico para la empresa hacia la continua evolución y renovación con el objetivo de explorar caminos menos transitados en tiempos de prosperidad, así como en períodos marcados por la dificultad. La esencia de la empresa, dirigida por la misma familia que la fundó originalmente, siempre ha garantizado a Sorma una continuidad y una transferencia de experiencia de una generación a otra, factor que ha contribuido a crear un microcosmos de tranquilidad y laboriosidad empresarial.
A lo largo de las siete décadas en las que han cambiado tantas cosas, otros elementos se han mantenido como piedra angular a lo largo de generaciones: los valores éticos. Valores como la honestidad, el respeto y la sostenibilidad encuentran aplicación concreta en el trabajo que todos los integrantes de la empresa realizan a diario.
“La historia de Sorma es la historia de las personas que han contribuido a su desarrollo – explica Arturo Sorgato, presidente de Sorma -. A lo largo de los años, siempre hemos intentado construir una relación duradera con todos nuestros empleados, basada en la transparencia y la responsabilidad compartida. Gracias a esta filosofía, la compañía ha seguido dando sólidos resultados a lo largo de los años, incluso en tiempos difíciles, y este enfoque de nuestro trabajo nos ha permitido beneficiarnos de la confianza de las personas con las que interactuamos a diario: nuestro equipo, nuestros socios y nuestros clientes. Cada vez que escuchamos que “Sorma es una empresa seria”, tenemos la confirmación de que estamos trabajando bien y que debemos seguir por este camino”.