Mientras que en España al menos 33.000 empresas han solicitado Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) y hay más de 250.000 trabajadores afectados por el estado de alarma decretado por el coronavirus, Suecia vive otra realidad.
El Gobierno sueco ha optado por la vía menos intervencionista de Europa para luchar contra la pandemia. Una línea suave que permite a las empresas trabajar con normalidad, convirtiéndose en la envidia económica de los países del entorno.
Con menos de 7.000 casos confirmados al cierre de esta información, Suecia no ha ordenado el confinamiento de la población, limitándose a recomendaciones que van dirigidas especialmente a los grupos de más riesgo. Entre las principales restricciones están las reuniones de más de 50 personas y ha limitado las conexiones con otros países. Punto y final.
Anders Leidefalk es el director general de Scandinavian Stone, la compañía de canteras más grande de Suecia con 12 explotaciones. Pertenece a Naturstenskompaniet International, el grupo corporativo más grande de Suecia en piedra natural y que también aglutina a las empresas suecas Naturstenskompaniet y GRF Gravstenar, así como firmas en Noruega, Polonia y Lituania.
Scandinavian Stone comercializa bloques de granito, diabasa y gneis que se venden principalmente al norte de Europa, pero también a clientes globales para la construcción y monumentos.
“La actividad económica no se ha paralizado”, confirma Anders Leidefalk. “No tenemos un cierre oficial como en otros países, aunque tenemos reglas más estrictas respecto a eventos públicos y no se permiten las visitas a ancianos en hospitales y hogares de mayores”.
Explica sin embargo que la situación empieza a complicarse y que las industrias automotrices ahora están cerrando la producción ya que los componentes del exterior no llegan y muchos restaurantes y hoteles han comenzado a enfrentarse a serios problemas.
Scandinavian Stone tiene abiertas sus oficinas. “Todavía podemos trabajar en nuestras oficinas para mantener el servicio para nuestros clientes, pero hemos adaptado las pautas de nuestras autoridades y no estamos invitando a visitantes externos si no se necesita con urgencia”. Anders Leidefalk no espera ninguna pérdida importante en el volumen de producción este año.
“Como empresa responsable, debemos tomar medidas de precaución y el personal debe quedarse en casa tan pronto como tenga algunos síntomas. Sin embargo, con las herramientas digitales de hoy es una posibilidad para muchos trabajar desde casa”, relata.
Afirma que el negocio hasta marzo ha sido mejor que el año pasado, pero recientemente “hemos visto una caída en los nuevos pedidos de algunos mercados, especialmente en Polonia, donde escuchamos que los cementerios están cerrados, lo que lleva a nuestros clientes a detener la producción”.
El mercado interno, principalmente para productos de construcción, sigue siendo bastante bueno para la empresa y todas las semanas se están haciendo entregas. Por otra parte, todavía se realizan envíos a los mercados de exportación en Europa, “pero a un ritmo más lento”.
La situación cambia de una semana a otra y no descarta que tengan que reducir la actividad.
Pierre Wernlundh es el director regional de Cosentino para Escandinavia, países bálticos, Rusia, Ucrania y Polonia. Dirige dos almacenes en Suecia y puntualiza que, aunque desde el exterior, el modelo sueco podría parecer suave, “en realidad la responsabilidad individual funciona bien y las personas se mantienen separadas entre sí de una manera segura y eficiente”.
Es muy difícil predecir cómo va a evolucionar el coronavirus en Suecia, pero si la curva de infección o las muertes aumentan más de lo que ha calculado el Instituto de Salud, “lo más probable es que se impongan reglas más estrictas y la gente lo entenderá y lo respetará si sucede”, vaticina.
Las ventas y la actividad de Cosentino en Suecia “todavía son muy fuertes” y afirma que el Covid 19 aún no les ha afectado.
“Los negocios de nuestros clientes, como tiendas de cocina, constructores de casas, proyectos de fachadas, etc., todavía funcionan bien, pero podemos ver que muchos otros sectores como hoteles, restaurantes, cafeterías, tiendas de ropa en centros comerciales, etc. están sufriendo mucho debido a la pandemia”, relata Pierre Wernlundh.
Cosentino todavía tiene mucha suerte en Suecia, pero “sabemos que llegará un momento en que también nos golpeará”, señala.
Mientras en España ha habido una avalancha de micropymes y autónomos para solicitar los préstamos avalados por el ICO, Cosentino Suecia vive otra realidad. “No hemos notado ninguna disminución en las ventas en nuestros cinco Centros Cosentino en Escandinavia en comparación con marzo de 2019”. De hecho, confirma que marzo de 2020 fue nuestro mejor mes para Cosentino Escandinavia, por lo que estamos muy agradecidos, pero no sabemos cuánto más podríamos haber vendido sin Covid 19”.
Sin embargo, Wernlundh tiene los ojos puestos en los países del sur de Europa y confiesa que, si aumenta la curva de personas infectadas o muertas más de lo que se ha calculado, “me preocupa que las tiendas de cocina cierren como en España”.
Apunta también a algunos efectos positivos, incluso aunque tengan que enfrentarse a una situación más difícil. “Más personas y empresas comienzan a usar soluciones digitales para reuniones de una manera más eficiente. Creo que será una forma de trabajar después de la pandemia”. Otro de los aspectos que con probabilidad cambiará después del Covid-19 señala que quizás “no tendremos que viajar de la misma manera que antes, lo cual es bueno para el medio ambiente, pero aún podemos hacer reuniones (digitales) muy buenas, de manera profesional. También puedo ver estudios de cocina que ahora comienzan a vender cocinas al consumidor final de manera virtual con éxito”.
