El presidente Donald Trump ha firmado la orden ejecutiva “Making Federal Architecture Beautiful Again”, que establece que los estilos clásico y tradicional serán la preferencia para los nuevos edificios públicos federales y, en el caso de Washington D. C., la opción por defecto. La Casa Blanca enmarca la medida como una forma de “ennoblecer” los espacios públicos y recuperar un lenguaje cívico reconocible por la ciudadanía.
La orden obliga a la GSA (Administración de Servicios Generales) a actualizar sus políticas, incorporar perfiles con formación en arquitectura clásica, y reclutar firmas con experiencia en esos estilos para concursos de diseño. Cuando se plantee un proyecto que se aparte de esa preferencia —por ejemplo, con rasgos brutalistas o deconstructivistas— la GSA deberá notificar a la Presidencia y justificar por qué ese diseño mantiene la “dignidad y estabilidad” que se exige a los edificios cívicos.
La iniciativa retoma y amplía la línea de la EO 13967 (2020), que ya promovía la “arquitectura cívica hermosa” y fue revocada en 2021 al inicio del mandato de Joe Biden. La nueva orden de 2025 restaura esa preferencia y endurece el seguimiento sobre la GSA.
Impacto en el sector de la piedra natural
El regreso a lenguajes neoclásicos, Beaux-Arts, neogriego o art déco favorece materiales de alta inercia y durabilidad —mármol, caliza e incluso granito— para fachadas, columnas, cornisas y basamentos. Para canteras, talleres y transformadores, el cambio normativo puede traducirse en pliegos más receptivos a soluciones en piedra natural, así como en rehabilitaciones de inmuebles existentes para adecuarlos a la nueva pauta estética. Los precedentes históricos en EE. UU. ilustran ese encaje material como es el caso del Lincoln Memorial (Washington, 1922) con exterior de mármol Yule de Colorado, o la sede del Tribunal Supremo (1935)con fachada en mármol Imperial Danby de Vermont; patios interiores en mármol de Georgia. El mismo Capitolio de Estados Unidos cuenta con el núcleo original en arenisca y sucesivas ampliaciones con mármol de varios estados.
Más allá de los iconos federales, la caliza de Indiana ha sido piedra de elección en decenas de capitolios estatales y edificios monumentales —del Empire State Building al Pentágono
Qué cambia para los proyectos
Los pliegos y concursos de los edificios públicos recogerán la nueva normativa y la GSA deberá ponderar la experiencia en arquitectura clásica/tradicional y garantizar propuestas en esos estilos en las rondas finales.
Los diseños que se aparten del canon preferente exigirán justificación detallada y aviso a la Presidencia antes de su aprobación, según recoge la orden. Además se crea una figura de asesor principal en diseño clásico y se prioriza la capacitación del personal técnico de la GSA en esas disciplinas.