Un taller lucense trabaja en la construcción de la Sagrada Familia, obra del arquitecto Antonio Gaudí. En la actualidad están preparando las piezas para las torres de la Virgen María y los cuatro evangelistas. Además de la piedra, reciben el modelo en tres dimensiones y toman el dibujo para trabajarlo.
«Aplantillamos la piedra para registrar geométrica y exactamente la posición de cada área de la piedra y de allí pasa a la zona del macizo de flores, que ya ajusta con precisión las diferentes partes de la piedra. Hay áreas que nos permiten hasta dos milímetros. Por ejemplo, donde van a ir los anclajes que sostienen todas las piedras solo nos permiten variar un milímetro «.
El trabajo que hacen requiere mucha precisión, porque tienen que ensamblar las piezas en el templo entre sí. Un requisito que se extiende a todo el proceso porque cada piedra está diseñada para un lugar específico.
«Todas las piezas, una por una, están controladas por una agencia de calidad. Después, cada semana, dos técnicos vienen a registrar que las piedras cumplan con todas las indicaciones de la Sagrada Familia. Ellos verifican que las vigas que tienen que ser cero sean, que no haya desvíos de más de un milímetro, que las áreas generales de la piedra están dentro de los márgenes de dos milímetros que nos permiten».
Sin embargo, no pueden ocultar el orgullo de trabajar en este trabajo arquitectónico y hacerlo con tanta precisión.
La colaboración comenzó después del cierre del taller del escultor Manuel Manuel Mallo. Ya van tres lustros y la idea es que el próximo años ya esté rematada la parte de la que se ocupa este taller lucense.
Fuente: Televisión de Galicia
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