La Iglesia de la Purificación de Fortanete en Teruel sufre humedades tanto en las bóvedas como en las partes bajas de los muros de la zona norte desde hace años cuya mejora integral costaría cerca de medio millón de euros. La consejería de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón acaba de encargar la redacción de un proyecto que defina cómo se debe ejecutar la restauración de este templo, declarado Bien de Interés Cultural en 2001, el paso previo para acometer las obras. El estudio de arquitectura Virtuarch Studio, con sede en Morella, se encargará de redactar el proyecto básico y de ejecución por 19.360 euros.
En este templo barroco construido a finales del siglo XVII se ha intervenido en la cubierta sustituyendo la teja original por otra nueva en diversas fases y se estima que las actuaciones han alcanzado aproximadamente el 50% de la planta. Se ha ido renovando el área más próxima a la torre campanario y queda por rehabilitar la superficie que va desde el crucero con bóveda de media naranja hasta el Ayuntamiento. Las filtraciones de la cubierta han dañado las pinturas y yesos de las bóvedas según la memoria valorada realizada por la arquitecta de Villarluengo María Castel Buj.
Piedra natural
En este documento fechado en septiembre de 2021 también explica que una de las intervenciones necesarias para reducir la humedad interior será la limpieza de la cripta y espacios anexos porque la gran cantidad de palomina y otros residuos también contribuyen a que la humedad permanezca. Como parte del pavimento de la iglesia es de madera y se encuentra muy dañado, la arquitecta opina que se debe sustituir por otro de piedra natural.
A los pies de la nave se aprecia una grieta en la bóveda coniforme en el lado de la torre campanario. Por ello, Castel Buj propone aplicar unos testigos que aporten información. En caso de que esta esté estabilizada podría reparase y, si todavía está activa, habría que hacer un seguimiento más profundo.
Asimismo, la torre campanario presenta un gran deterioro en sus cornisas al tratarse de piezas de gran vuelo y muy expuestas por lo que sería necesario su limpieza, saneado y reconstrucción volumétrica.
Por último, la arquitecta estima en la memoria valorada que, tras la intervención en el exterior y los problemas de humedades, quedarán los trabajos encaminados a devolver la iglesia su aspecto inicial. Para ello será necesario restaurar las pinturas y carpinterías pero también acometer una labor de inventario y documentación de los bienes para preservarlos de su deterioro.