El escultor cartagenero Jorge Aznar esculpe la escultura en mármol de Macael del emperador Augusto, un encargo del ayuntamiento de Cartagena que tendrá como destino la plaza de San Francisco, más conocida como La Glorieta.
Aznar comenzó los trabajos el pasado mes de julio y ha terminado la pieza durante la pasada Navidad. «Ha sido un trabajo difícil ya que se trata de una reproducción fiel al original sin ningún tipo de molde y con la escultura romana a varios kilómetros de mi estudio ubicado en Galifa. He utilizado un sistema de medidas y varias imágenes de la escultura original», argumentó el escultor, quien confiesa sentirse «bastante satisfecho con el resultado. Ha quedado mucho mejor de lo que yo esperaba. Tenía ganas de hacer una obra de estas dimensiones porque no lo había hecho nunca. Tiene casi dos metros de altura».
Para tallar el mármol, que ha sido traído de las canteras de Macael (Almería), Aznar ha usado maquinaria eléctrica con discos de diamante que le servían para perforar y limar la piedra y un martillo y un cincel para trabajarla a base de golpes.
La escultura se instalará en el extremo opuesto al busto de Isidoro Máiquez –donde durante la Navidad ha estado el Belén– un poco hacia la derecha donde se ha instalado un pedestal en una zona en la que el pavimento combina las piezas de piedra del Cabezo más claras con otras de mármol de tonos rojizos que simulan la zona porticada del antiguo foro romano.
De este modo, la plaza tendrá un exponente del siglo XIX representado en la figura del actor en un extremo y, en el otro, al emperador romano que mandó levantar el Teatro Romano de Cartagena, una de las joyas del patrimonio histórico de la ciudad.
Aznar sólo se ha permitido una licencia en su obra y es crear la espalda de Augusto, ya que la pieza original se encontraba adosada a un muro y, por tanto, no contaba con esta parte de la anatomía. «Le he añadido la espalda proporcionándole volumen con las formas de la toga que vestía el emperador romano», argumentó el escultor, quien no precisó el importe de la obra, pero sí aseguró que tenía un presupuesto «baratísimo».
La motivación de esta escultura es recordar a los cartageneros y visitantes el gran vínculo existente entre la ciudad y la civilización romana. La pieza es una réplica de la escultura de Augusto –sin cabeza– que fue hallada en las excavaciones del cerro del Molinete y que se encuentra en las dependencias del Museo Romano de Cartagena.
La instalación de la pieza no tendrá lugar hasta que el ayuntamiento de Cartagena finalice las obras de la plaza de San Francisco, en donde está previsto que se instalen bancos, así como varios indicadores y paneles turísticos que sirvan para que los turistas conozcan la ubicación de los edificios situados en torno al foro romano, así como su cercanía al barrio romano y al Teatro. La idea del Consistorio es que este espacio se convierta en un punto de atracción y sirva como punto de partida para muchos itinerarios turísticos.
Este artista es ya un autor conocido en Cartagena por obras como el Marinero de Reemplazo, una de la esculturas más fotografiadas por cartageneros y visitantes y, sobre todo, por los cruceristas que llegan a la ciudad y lo primero que visitan al bajar a tierra es la explanada del puerto.
Otra de sus obras se encuentra bajo la Muralla de Carlos III, a los pies de la sede del Gobierno militar. Se trata de una cabeza de mármol hecha en 2006, tras un congreso del desaparecido festival Mucho Más Mayo. Además, en la sede de la Federación de Tropas y Legiones, situada en la esquina entre las calles Serreta y Caballero, se encuentra el busto del general Escipión, también obra de Aznar.
Entre sus últimas aportaciones al patrimonio de la ciudad destacan la escultura al profesor situada en la entrada al Edificio del Rectorado de la Politécnica, que representa un docente con dos alumnos; y los dos escudos de la institución académica situados, uno en la plaza del Rectorado y otro frente al CIM, en el extremo de la calle Real, próximo al puerto.
Fuente: La Opinión de Murcia.