Seaquarz, la sociedad integrada por antiguos trabajadores de la factoría naronesa de tableros Privilege, prevé comenzar a producir en una o dos semanas. Según explicó uno de los portavoces de la entidad, Francisco Zurita, están terminando las labores de puesta a punto de la fábrica y prevén poder comenzar a producir este mes. «De los 39 socios, cerca de la treintena ya están dados de alta efectuando trabajos de puesta en marcha de la fábrica», explicó Zurita.
Cabe destacar que gran parte de los trabajadores, que invirtieron sus propias indemnizaciones en el proceso de subasta de las instalaciones, se encontraban ya sin cobrar las ayudas por desempleo después de varios años de lucha para hacerse con las instalaciones.
Desde la firma destacan que ya disponen de contactos comerciales para la venta del producto en países como Italia, Holanda, Australia y Arabia Saudí, y a lo largo de las próximas semanas continuarán con los contactos comerciales.
Para la puesta en marcha la firma ya ha recibido 200.000 euros, una parte de la ayuda comprometida por la Xunta.
Los representantes de Seaquazz, Francisco Zurita, Emilio Casas y Julio Ríos, presentaron recientemente el proyecto en las oficinas de la fábrica. Tal como explicaron, en su último encuentro con Xesgalicia, sus responsables Juan Cividanes y José Antonio Vázquez Ferro les aseguraron que de inmediato se liberarán los citados 300.000 euros y que más adelante se aportará el resto de la cantidad total comprometida, hasta completar los 2,5 millones. Esa primera inyección, explicaron los trabajadores, urge para completar trámites como el alta en el suministro eléctrico, necesarios para el arranque de la actividad.
Los portavoces de Seaquarz se muestran seguros del futuro de su proyecto empresarial. Cuentan con clientes muy interesados y que incluso están apremiándolos para que inicien la fabricación, que en un porcentaje superior al 90% se destinará a la exportación. Mercados como Australia y Estados Unidos serán los destinatarios del tablero de compacto de cuarzo fabricado en Narón, en gran parte como “marca blanca” y a través de acuerdos, a estas alturas ya muy avanzados, con grandes distribuidores.