Alaitz Andonegui es la propietaria de Duyen Fotocerámica, una tienda situada al lado del cementerio de San Sebastián que se forjó en 2004 con el convencimiento de ofrecer productos y servicios de arte funerario adaptados a las necesidades actuales. Esta Licenciada en Bellas Artes trabajó en Italia durante cinco años y de allí se trajo la experiencia, amigos, proveedores, máquinas y sobre todo las ganas de comenzar una aventura nueva. Focus Piedra la entrevista para conocer mejor su propuesta empresarial.
¿Cuáles son las máximas que tiene en Druyen Cerámica y en qué queréis especializaros?
En 2004 decidí comenzar la andadura de Druyen Fotocerámica con la convicción de lo que podía ofrecer un producto y un servicio acorde con las necesidades del momento en el arte funerario.
Por eso trato de escuchar siempre a mis clientes porque solo así sé de qué manera puedo ayudarles. Esto me ayuda a dedicarme a cada trabajo como único y dar lo máximo.
Por ejemplo, nuestra especialización está en los retoques fotográficos. Es una de las partes fundamentales, la composición de la propia imagen y para eso damos opción a hacer pruebas hasta conseguir lo que se quiere en la cerámica. Me di cuenta de que las fotocerámicas podían ganar en calidad. Por eso, el año pasado, cambié los colores de cerámica, aposté por colores más vivos. De modo que las fotocerámicas han ganado en intensidad y en calidez de imagen
Tenemos gran variedad de placas de porcelana, libros, pergaminos… intentamos adaptarnos a cualquier exigencia.
A lo largo de estos últimos 10 años, Druyen Fotocerámica ha trabajado ampliamente en el ámbito del arte funerario. ¿Cuál es vuestra visión del negocio del arte funerario en la actualidad?
Todos estos años he ido viendo cómo ha ido cambiando el sector, y la verdad que el cambio ha sido grande, tanto en las propias costumbres funerarias como en la actividad de la competencia.
Es verdad que el incremento de las cremaciones está alterando toda la actividad del sector. En el mío, el de la fotocerámica, también toca adaptarse. Es hora de repensar lo que hacemos y ofrecer productos personalizados y diferentes.
Así pues, creo que lo mejor es destacar por el trabajo, productos y servicio que se ofrece. Y adaptarnos a los cambios que vayan viniendo desde una óptica positiva, entendiendo el cambio como una nueva posibilidad de evolucionar.
Dentro de arte funerario, ¿cuáles son los servicios que ofrecéis?
He dividido los productos en diferentes secciones: Arte Cerámico, Arte Funerario y Arte para la Memoria.
Entendiendo Arte Cerámico como la parte más libre dentro de Druyen. En este apartado se recogen las demandas más especiales que recibo, como por ejemplo, un mural de conmemoración recientemente colocado en Donostia.
Arte Funerario lo entiendo como la producción y diseño de todo tipo de cerámicas destinadas al cementerio: fotos, retoques, placas, jarrones, cofres, urnas… Mi especialidad es el trato personalizado con el cliente, por eso trato de investigar y evolucionar, para satisfacer las exigencias de todos ellos. Esto me ha llevado a colaborar con distintas entidades y personas, como Harbizi, de Navarra, decidida a innovar y dar solución a los retos que se nos plantean. El último producto que hemos desarrollado en conjunto es una urna biodegradable con un diseño local que está teniendo una excelente aceptación.
En Arte para la Memoria ofrezco productos y soluciones a mis clientes en la tienda, que buscan piezas especiales para honrar a sus seres queridos de una forma distinta, acorde a los preceptos del Arte Contemporáneo.
¿En qué consiste exactamente?
Como decía la incineración viene fuerte y nos hemos visto en la necesidad de adaptarnos a los tiempos que vienen. Hemos abierto nuestra visión y con lo que tenemos y sabemos queremos evolucionar y aplicarlo a los cambios.
En este apartado experimentamos dentro del mundo de la escultura actual con nuevos conceptos para aplicarlos a una nueva forma de representación. Creemos que cualquier nueva filosofía de vida debe tener su propia representación, debe ser capaz de crear sus canales de expresión. En este sentido hemos desarrollado una serie de urnas Bio y permanentes con diseños locales y modernos. Nos hemos inspirado en las distintas culturas en las que la incineración estaba más presente y hemos adaptado algunas de esas formas a nuestros días. De esta manera hemos obtenido unos mini-monumentos menos formales, discretos, pensados para ceremonias íntimas.
Otra novedad que hemos sacado es el Video-recuerdo. En este afán de adaptarnos a estos tiempos he visto interesante aplicar las nuevas tecnologías, como por ejemplo el QR a la cerámica.
¿Qué productos son los que creéis que pueden tener un mejor posicionamiento en el mercado?
Basta ver las estadísticas para ver que la incineración está ganando terreno. Por lo tanto, creo que los productos diseñados para tal efecto, que cumplan ciertos requisitos (personalización, respeto con el medio ambiente, sensibilidad, estética actualizada), serán muy bien recibidos.
Por eso hemos apostado por una línea propia de urnas Bio, urnas personalizadas y seriadas, así como una serie de mini-monumentos y la posibilidad de diseñarlos ex profeso. Atendemos también peticiones personales para recoger las cenizas en piezas de joyería.
¿En qué dirección cree que deben enfocarse?
Mi especialización ante todo es la fotocerámica, son ya diez años de trabajo constante. Cuido sobre todo la calidad de las imágenes que manipulo y escucho lo que mi cliente quiere, el trato es personalizado y directo.
También cuido la estética de los objetos que creamos: me gusta que sea actual, que recojan formalmente la historia de la persona a la que se pretende homenajear. Creo que no vale cualquier cosa, a todos no nos sirve lo mismo. Por eso apostamos fuerte por reafirmar la identidad local en nuestras creaciones y productos.