Amit Shah era un joven con ideas emprendedoras de tan solo 19 años cuando decidió realizar una apuesta que cambiaría su vida a comienzos de los años noventa. Originario de Bombay (India), pertenecía a una familia que estaba relacionada con el negocio textil. Él, sin embargo, había puesto sus ojos en la industria del mármol, porque ya entonces consideraba que tenía un gran potencial.

“Estaba naturalmente inclinado a ser emprendedor y quería aprovechar esta oportunidad en la industria de la piedra y el mármol”, ha declarado Shah. Consideró que faltaban agentes organizados en India en la industria de la piedra natural y dio un paso al frente. En 1994 se adentró en este negocio como intermediario. Empezó a comercializar variedades de mármol exóticas y las vendía a diferentes compradores. Así nació Classic Marble Company (CMC). Una compañía que hoy cuenta con 900 empleados dedicados a la industria del mármol y el granito, y que exporta a 66 países.
Los inicios de Amit no fueron fáciles. Se tuvo que enfrentar a un sector desorganizado, políticas de fabricación desfavorables y la dificultad de adquirir materias primas. Asociado a su confundador, KM Swamy, Amit consiguió establecer a CMC como una empresa puntera y uno de los mayores proveedores de mármol y granito en India.
CMC comenzó a fabricar también su propia marca, KalingaStone, siendo la primera empresa en India en la producción de mármol compuesto en 2009. Una de las razones de su éxito fue importar materias primas exclusivas y de alta calidad, lo que les hizo destacar consiguiendo un impacto local e internacional. Asimismo, han creado una amplia red de distribuidores en todo el mundo, lo que les ayuda a comercializar sus productos.