Ana Isabel Pérez trabaja desde hace 20 años en el sector de la pizarra y desde hace diez es embaladora y seleccionadora en la empresa Pizarras Las Arcas de Cupa Group, considerada como una de las canteras de pizarra más grandes del mundo.
Conocía el mundo de la pizarra solo de soslayo, pese a que su hermano y su tío trabajaban en el sector. “Yo no sabía lo que era la pizarra, solo que se ponía en el tejado y poco más”. Pero decidida a dejar la hostelería, apostó por buscar un hueco en la plantilla de la empresa Cupa Group y lo encontró.
“Empecé en las oficinas generales del grupo en La Medua, en Ourense, embalando pizarra en cajas de madera”. Parece una tarea sencilla, sin embargo, requiere pericia, técnica y fuerza en el brazo.
“Utilizamos un martillo de goma para golpear la pizarra y que no se rompa cuando la embalamos en las cajas de madera. Las piezas tienen que ir colocadas muy rectas y ajustadas, es muy difícil. Al principio no tenía ni fuerza ni maña para hacerlo, pero en un mes ya lo controlas. Relleno cajas de 2.800 piezas”.
Desde hace algo más de 10 años Ana Isabel trabaja en la nave que Cupa Group tiene en San Pedro de Trones, a unos 40 kilómetros de su residencia en Ponferrada. Cada día conduce la furgoneta de la empresa desde su casa hasta el centro de trabajo donde traslada también a otros ocho compañeros.
“Después de trabajar como embaladora mucho tiempo empecé a seleccionar pizarra según la calidad.
Ahora hago las dos cosas, selecciono y embalo. La pizarra cuando sale de la cortadora pasa por unos rodillos y llega en unos montoncitos. Los coges, los apoyas en una piedra y los vamos mirando, pasando la pizarra como si fueran hojas de un libro”. Según el color y las características de cada pieza, va a una caja de embalaje o a otra.
La pizarra con cortes o mucha pirita se consideran de una calidad inferior, y después en un porcentaje bajo, algunas piezas tienen que descartarse. Ana Isabel analiza al día más de 5.000 piezas de pizarra, en los últimos años en los formatos de 27×18 y 30×20 cm. “Estoy las ocho horas como si estuviera jugando al tenis”, bromea para explicar el proceso de coger la pizarra, clasificarla y embalarla. «Después la pizarra pasa un segundo control de calidad que revisa todo lo que hace el equipo de selección y embalaje”, explica.
Ana Isabel Pérez es una de las 8,7 millones de mujeres trabajadoras en España. Su trabajo es uno de los puestos clave en el engranaje de Pizarras Las Arcas, y un eslabón más de la compañía gallega Cupa Group que gestiona la explotación de 25 canteras y exporta sus productos a más de 70 países, con una facturación superior a los 400 millones de euros y un EBITDA por encima de los 90 millones de euros.
Clasificando y embalando pizarra contribuye también a la comercialización de pizarra que después puede verse en proyectos como la cubierta del emblemático Edificio Metrópolis o en la Catedral de la Almudena en Madrid.
____________________________________________________________________________________