Las marmolerías nacionales dedicadas al arte funerario no han dejado de ver menguar su negocio en los últimos años. La presión por el control de los encargos por parte de las aseguradoras y el progresivo aumento de las incineraciones son dos lastres con los que han tenido que bregar de forma constante. El 1 de noviembre o Todos Los Santos ha sido tradicionalmente una fecha caliente para los marmolistas de arte funerario. Hablamos con algunos de ellos para que nos cuenten cómo están viviendo estas fechas y la situación y tendencias del sector.
Marmolería Pefersa, con sede en Cartes (Cantabria), cuenta con unas instalaciones de más de 3.000 metros cuadrados; y seis, de los 40 empleados que tiene la empresa, trabajan en exclusiva en la gestión y fabricación de lápidas. Para Antonio Pérez Fernández, gerente de esta marmolería, el volumen de trabajo este año es muy similar al anterior. “En general hay menos volumen de pedidos que hace años y las lápidas que se fabrican son más sencillas”, apunta. En Cantabria los talleres dedicados a la fabricación de lápidas cuentan con la suerte de no tener como intermediarios a las aseguradoras, sin embargo, según el gerente de Pefersa, “el 50% de los trabajos que se solicitan son solo grabaciones por lo que intentamos incluir extras o proponer otras opciones para aumentar la calidad”.
En cuanto a la tendencia e introducción de nuevos materiales, Antonio Pérez explica que el 97% de las lápidas que elaboran son en granito Negro Intenso, aunque también se están empezando a introducir materiales cerámicos.
En Mármoles San Pablo de Córdoba llevan desde los años ochenta dedicados a la elaboración de trabajos funerarios. En palabras de su gerente Juan Rodríguez, la campaña de este año va a ser muy parecida a la de 2017. “Los pedidos se han mantenido respecto al ejercicio pasado”. Puntualiza, sin embargo, que los clientes apuran hasta el último momento para solicitar los encargos y que no quieren esperar. “Antiguamente trabajabas hasta tres meses antes, ahora todo se concentra en el último mes”.
Juan Rodríguez afirma que está incorporando innovaciones en el diseño de lápidas, sepulcros y panteones gracias a las máquinas láser y de control numérico con las que cuenta, sin embargo en cuanto a materiales sigue apostando por los tradicionales: granito y mármol.
Loles Sola y Rogelio Gallego son los responsables de la empresa Mármoles Extremeños Sola de Badajoz, una firma en donde el 90% del negocio se concentra en el arte funerario y en la que pronto comenzará a ejercer la tercera generación.
Para Rogelio Gallego este 2018 la campaña de Todos los Santos está siendo mejor que la del año pasado que afirma fue muy mala. “Este año en cuanto a ventas, tenemos la sensación de que han ido mejor las cosas”. Los trabajos habituales para ellos son las lápidas personalizadas de acuerdo a los gustos y detalles de los clientes. “Hacemos todos los pequeños detalles que nos solicitan y de forma artesanal”. Relata Gallego que solo trabajan con mármol y granito y que muy excepcionalmente han utilizado porcelánicos para lápidas.
Mármoles Artísticos FJ Pardo es una referencia en el sector funerario. Da servicio en los trabajos más complicados a cerca de 300 marmolistas de toda España. Luis Herranz, director financiero de la empresa, afirma que se está introduciendo cada vez más el color y los materiales como el cristal en las lápidas. “Existen todavía muchas diferencias entre los trabajos que hacemos para la zona norte de España y para la zona sur. En el norte los diseños son más sobrios”. Las incineraciones siguen comiendo terreno al arte funerario con una especial incidencia en las grandes capitales. “En el caso de Madrid podemos estar hablando de cerca del 60-70% de incineraciones, mientras que en los pueblos pequeños las incineraciones son casi nulas”.
La demanda de incrustaciones en materiales porcelánicos que exigen tecnología waterjet y la personalización van creciendo lentamente y son los parámetros que marcan el precio de una lápida que en algunos casos “suponen entre el doble y el triple del precio de una lápida convencional”, explica Herranz.
Noelia Abós, es la actual presidenta de la Asociación Española de Marmolistas del Arte Funerario, además de la mujer que dirige la empresa Mármoles Artísticos de Aragón (Zaragoza). Para ella, este 2018 ha ido mejor que años anteriores. “Hemos percibido más demanda de trabajos nuevos en vez de reparaciones”. Otra de las tendencias a las que apunta es que ya no se espera a la festividad de Todos Los Santos para encargar trabajos de arte funerario. “Se eligen las fechas que son importantes a nivel familiar como aniversarios, cumpleaños, etc”, señala Noelia.
Coincide con Luis Herranz de Mármoles Artísticos FJ Pardo en la progresiva introducción del color en las lápidas y los trabajos en general. “Depende de las ciudades pero en las urbes normalmente la gente se atreve más con el color, mientras que las localidades pequeñas son más tradicionales”.
Afirma que ya trabajan con varias marcas de porcelánicos y que “la impresión sobre este tipo de materiales varía en función de la similitudes que tenga con la piedra”, explica Noelia Abós.
Desde la Asociación están trabajando en la lucha contra el intrusismo en la profesión, ejercida por personas que trabajan como intermediarios y que ofrecen directamente a los clientes productos de arte funerario a cambio de una comisión.
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