El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania con consecuencias humanitarias y económicas cuyo alcance aún no ha tocado techo, comienza a traer ya dificultades a empresarios del mármol de Almería.
La industria del mármol de la provincia exporta productos y proyectos a su área de influencia por la nada desdeñable cifra de 35 millones de euros, de los que Rusia concentra «entre el 50 y el 60% del total». Así lo explicó en declaraciones al Ideal, el presidente de la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía -AEMA-, Jesús Posadas.
La guerra de Rusia contra Ucrania le está afectando no solo por la vinculación directa que las empresas almerienses del sector puedan tener con las del país gobernado por Vladimir Putin sino por cómo está condicionando a las relaciones comerciales de los países limítrofes.
Para el sector del mármol de Almería, después de Rusia, los principales mercados de la zona son Kazajistán y Uzbekistán, al Este de Rusia. El acceso a ellos exige cruzar Ucrania, un país de paso ahora logísticamente intransitable. Putin ha bombardeado también el puente que une el mármol de Almería con los países que lo compran en el Asia continental.
«Desde el punto de vista logístico, estamos con la incertidumbre de cómo podemos llegar a ellos y a los países limítrofes», destaca el representante de los empresarios del mármol.
En cuanto a Europa del Este, además de ofrecerles la veintena de productos y acabados que elaboran el medio centenar de empresas que conforma la AEMA, también se nutren de sus materias primas. «Evidentemente, como a todos los sectores, la guerra de Rusia contra Ucrania también nos está perjudicando. No solo por la subida de las energías o del gasoil sino por la escasez de materias primas para la generación de nuestra producción», afirma Posadas.
Es por ello que, «aparte de la escasez» de artículos primarios que es consciente que se va a dar, la asociación y las empresas que la integran están «buscando otras alternativas» a la exportación de sus productos, ya que el mercado con Ucrania «está paralizado» y el de Rusia «todavía no se ha paralizado, pero está claro que se va a paralizar también en un futuro muy cercano». «Es probable que se cierre el mercado con Rusia y estamos bastante preocupados por ello. Esperemos que sea una paralización temporal, pero a ver cómo se sigue desarrollando la guerra», confía.
Espera Posadas que el conflicto no se recrudezca para poder seguir manteniendo el normal desarrollo de su producción y mercados, principalmente, con el americano «que es un mercado más maduro tanto en productos como en proyectos».
La escalada de precios energéticos y de combustible está poniéndoselo también muy difícil a una industria que necesita de ambas fuentes para desarrollar su actividad. «Para la maquinaria pesada -explica- utilizamos gasoil rojo», que es combustible de un tipo especial más económico por la bonificación del Estado, mientras que «para todos los transportes tanto nacionales como internacionales, el gasoil de camiones se ha incrementado un 50%». Así, remarca, «si para llenar el depósito de un vehículo común se ha pasado de los 60 euros que costaba llenar el tanque a 100 euros, en los camiones ha supuesto 500 euros más».
En cuanto a la producción, ya se está empezando a ver afectada, asegura el presidente de la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía, dado que ha comenzado a descender la llegada de las materias primas. Entre ellas, «como es el caso de mi empresa, las máscaras para grabados, que vienen de China». Una circunstancia que está llevando a las compañías almerienses a tener «dificultades para realizar los proyectos en marcha y los procesos productivos».
Dificultades
Es más, anuncia Posadas, «me consta que ya hay varias empresas que están en serias dificultades, sobre todo, empresas extractoras, debido sobre todo al incremento del precio del gasoil y de la electricidad, que lo están sufriendo en mayor grado».
Presupuestos
Ante la incertidumbre económica Posadas afirma que “no se están dando presupuestos con una validez superior a los 30 días». La fluctuación constante y continua tanto de los precios como de la situación geopolítica los ha llevado a tomar este tipo de decisiones puesto que «no es conveniente arriesgarse».
