Carles Mulet, coportavoz del partido político Compromís en las comarcas de Castellón, anunció que propondrá «una protección genérica y amplia» de la llamada arquitectura de piedra en seco, muy común a las zonas más interiores de esta provincia. Con esta medida se pretende incluir esta técnica como «reclamo» para el turismo de interior y ayudar a revitalizar la zona.
Mulet remarcó que, «a pesar de ser un fenómeno cultural con elementos propios únicos y de tener un gran valor etnológico, histórico, paisajístico y arquitectónico, no cuenta con ninguna figura de protección genérica». En este sentido, apuntó que «son sólo algunos ayuntamientos dependientes de su capacidad económica o voluntad política quienes los catalogan como Bienes Inmuebles de Etnología» y «algunos casos aislados como Bienes de Relevancia Local» aunque lamentó que «en la inmensa mayoría absolutamente nada».
El representante de Compromís comentó que en muchos municipios del interior de Castelló hay un «impresionante legado arquitectónico, con todo un abanico de construcciones que van desde ribazos, casetas de pastor –de cobijo–, corrales, neveras o norias». Subrayó que algunos estudiosos afirman que solo en el norte e interior de la provincia hay entre 15.000 y 20.000 casetas de piedra en seca, mientras que en pueblos como Tírig, Vilafranca, Ares, Benafigos hay censadas unas 1.000 en cada uno de ellos y unas 710 en el municipio de Vistabella.
Carles Mulet consideró que «hace falta un impulso desde la administración autonómica» para dotar esta técnica «de una protección genérica» con el fin de «evitar su desaparición y emular lo que los ayuntamientos con más iniciativa ya han hecho. Sugieren que se creen puestos de trabajo con su rehabilitación.