Las posibilidades del alabastro que se extrae de las canteras del Bajo Martín podrían ir más allá de las destinadas a la arquitectura y el arte. De su suelo procede el 80% de esta piedra que se exporta al mundo para dedicarla a dichos usos, pero ahora se investigan otras propiedades. Una de ellas es su potencial como filtro para residuos, como por ejemplo, el purín derivado del porcino.
En esto se trabaja desde el propio territorio, a pie de cantera y en los laboratorios de la Universidad de Zaragoza, donde las pruebas experimentales indican que puede funcionar. En los ensayos se ha logrado que el alabastro dé buenos resultados como filtro para el purín y además, que con él sea posible la reutilización de elementos, ya que se ha conseguido separar por un lado los componentes nocivos y, por otro, los buenos para convertirlos en abono en fábricas de fertilizantes.
Con el agua limpia que se obtiene, se consigue una reducción del consumo. Además, «el lavado de las granjas podrá hacerse con el agua sobrante», explica Emilio Querol, ingeniero de Exportadora Turolense, la empresa que desde el polígono de La Venta del Barro de La Puebla de Híjar trabaja desde hace tiempo en una línea de I+D+I junto a la Universidad.
La elección de aplicar el uso del alabastro al porcino no es casual ya que es un sector en crecimiento en Europa y, desde luego, también lo es en el Bajo Martín. «Es un gran recurso para el medio rural del que no podemos prescindir, así que, mejor buscar mecanismos para que las instalaciones sean sostenibles y sigan creando empleo», reflexionó. «No tenemos la solución porque no es sencilla, pero sí tenemos resultados esperanzadores», añadió.
El profesor experto en alabastro Pep Gisbert es quien dirige el estudio cuyos resultados de laboratorio ya se presentaron en las dependencias que la empresa tiene en La Puebla de Híjar ante los socios colaboradores. Ahora se trabaja en medir tiempos y cantidades y el siguiente paso será pasar a aplicar este denominado ‘Alabastro Activo’ a la práctica en una planta de porcino, ya sea real o experimental.
«Hace mucho tiempo que empezamos a trabajar con la Universidad de Zaragoza y La Puebla de Híjar. Estos ensayos ya requerían de más apoyos y el alcalde de este municipio nos propuso la opción de pedir ayuda a Adibama», explica Emilio Querol. «Ahora estamos encantados con el proyecto y la compañía», concluye el ingeniero de Exportadora Turolense.
El sector del porcino es uno de los puntales de la economía de la provincia de Teruel, con más de 2.000 empleos, pero la gestión de los residuos que se generan en las granjas de cerdos es todavía una asignatura pendiente para las explotaciones agropecuarias y las administraciones encargadas del medio ambiente.
Fuente: El Heraldo