El Concello de Poio celebró esta semana su último pleno del año, presidido por la teniente de alcalde, Chelo Besada, ante la ausencia del regidor municipal, Luciano Sobral. Entre otros puntos del orden del día, se apoyó la moción presentada por la Asociación Homologar Canteiros Poio para solicitar a la Xunta de Galicia la homologación de dicha titulación. Esta moción también se presentará en el pleno de la Diputación de Pontevedra, de la que depende la escuela.
El objetivo es instar a la Xunta para que inicie las gestiones necesarias a través de la Consellería de Educación para la homologación de la titulación de la Escola de Canteiros y que en dicha homologación se establezca un mecanismo para que puede hacerse efectiva la homologación de las titulaciones expedidas a los antiguos alumnos y alumnas.
Según expone la Asociación Homologar Canteiros Poio, han contactado con el jefe de centros de la Xunta y con el director de FP y que este último les aclaró que la Escola cumple los requisitos para poder tener unos estudios homologados, tanto por su infraestructura como por su encaje dentro del Instituto Nacional de las Cualificaciones. «A pesar desta resposta, a Xunta non ten dado nin un só paso para asumir a homologación da titulación».
En su exposición, la asociación explica que la Escola de Canteiros, con casi 40 años de vida, está fuertemente vinculada a la historia del municipio y a su legado patrimonial y cultural. «A Escola de Canteiros creouse coa intención de por en valor o oficio de canteiro, formar profesionalmente aos estudantes e así poder ofrecerlle unha saída laboral para poder continuar coa nosa tradición do traballo na pedra e tamén ofrecer unha renovación a este oficio», señala, al tiempo que recuerda que dicha escuela expide dos titulaciones según el nivel de formación: a los tres años otorga el título de Canteiro y a los cinco años el de Mestre Canteiro. Cada curso comprende unas 900 horas lectivas y se imparten nueve asignaturas.
«Aunque la Escuela de Canteiros tiene reconocido prestigio, los estudiantes que asisten a estos estudios se ven con un problema muy serio cuando completan los estudios: el grado que se otorga no es un título homologado», explica la asociación, por lo que su introducción en el sistema laboral es muy complicada. «Esta situación a largo plazo está causando que la Escuela, que tiene una gran infraestructura y un presupuesto anual de casi un millón de euros, esté vacía de estudiantes e instalaciones subutilizadas, con el peligro de cerrar».
Fuente: Faro de Vigo.
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