Arabia Saudita incorporó el pasado otoño un nuevo mecanismo de certificación de calidad, una ‘quality mark’, cuya tramitación es considerada arbitraria, confusa y muy lenta por parte de los exportadores españoles. Hasta la fecha, solamente 15 empresas han logrado completar las auditorías y evaluaciones que realiza la Organización de Normalización, Metrología y Calidad Saudí (SASO, por sus siglas en inglés), un organismo similar a Aenor encargado de expedir los certificados para poder introducir productos en el país. Hay otras 60 compañías azulejeras exportadoras españolas a la cola que están comunicando muchos problemas, procedimientos confusos y arbitrariedades a la hora de obtener este sello.
Alberto Echavarría, secretario general de Ascer (donde se integran empresas como Porcelanosa, Pamesa, Keraben o Esmalglass), señala en declaraciones a El Confidencial que el sector está perdiendo entre ocho y 10 millones de euros todos los meses como consecuencia de las ventas que no se están produciendo. “Hay una preocupación seria e, incluso, de desamparo. España tiene las competencias de comercio internacional derivadas a la Unión Europea, que es la que tiene que hacer las gestiones correspondientes. A pesar de que hemos trasladado nuestra preocupación, todo va muy lento. Estamos perdiendo mucho dinero y, lo que es más importante, la posición en el mercado, porque cuando esto se haya resuelto muchos de los distribuidores en Arabia Saudí se habrán buscado alternativas”.
Las azulejeras han activado el mecanismo Trade Barriers Regulations, que puede derivar en un caso ante la OMC si el país tercero no cede.
En este sentido, Echavarría explica que el sector ha activado el mecanismo para denunciar ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) las barreras comerciales que trata de imponer el país de Oriente Medio, adscrito al organismo internacional que regula las relaciones comerciales internacionales. Para ello, ha recurrido a la vía Trade Barries Regulations (TBR) o Reglamento sobre Obstáculos al Comercio, un instrumento habilitado por la UE en 1995 que está diseñado para eliminar obstáculos al comercio en terceros países y abordar prácticas desleales de comercio exterior.
Según señala en su reglamento para la propia Unión Europea, cualquier empresa o asociación de empresas el mercado interior puede utilizar el TBR para quejarse de los obstáculos al comercio en terceros países (por ejemplo, prohibiciones de importación), o sobre prácticas de comercio exterior que causen daños en el mercado de la UE (por ejemplo, subsidios extranjeros). Cualquier Estado miembro de la UE puede, además, presentar una queja con respecto a cualquier obstáculo al comercio.
Las investigaciones a través de este mecanismo pueden conducir a la búsqueda de distintas soluciones, incluido un caso de la Organización Mundial del Comercio si resulta imposible llegar a un acuerdo satisfactorio con el tercer país en cuestión. Es lo que buscan el sector azulejero español y también el italiano si el reino alauita mantiene sus trabas administrativas. Arabia es miembro de la OMC desde diciembre de 2005.
Fuente: El Confidencia