El sector de la piedra natural en la República Dominicana supone un 1.7% en el producto interno bruto (PIB) del país. En el primer trimestre de 2017 este sector significó un aporte de 8.5% al PIB en, lo que se traduce en 1.275millones de euros, según el Banco Central.
En República Dominicana solo existe un depósito importante de mármol que se puede desarrollar a gran escala y se localiza en la península de Samaná, la cual cuenta con dos concesiones para extracción de roca caliza y siete para mármol. Entre las variedades que se extraen en esta provincia están el mármol Portoro, una piedra negra con vetas amarillas color oro y, en mayor abundancia, el mármol gris y el blanco. Además, la provincia Juan Sánchez Ramírez cuenta con dos concesiones de explotación y Valverde con una, según el Ministerio de Energía y Minas.
A nivel comercial, los mármoles que mayor salida tienen por su color exótico son el Portoro, el Brecha Roja y el Brecha Rosada, estos dos últimos también se localizan en Samaná. De igual forma, estas tres variables de mármol son las que se ofertan internacionalmente, ya que compiten con el Rojo Alicante y el Crema Marfil que se importa desde España.
Pese a que algunas personas consideran que las extracciones realizadas en Vicente Noble, Barahona, son de mármol, en esta región lo que se extrae es travertino, una caliza porosa que se forma en ambientes de agua termales sin recristalizarse y al no tener este proceso natural no presenta el brillo característico que ofrece el mármol.
“A pesar de este detalle, el travertino gusta mucho porque es blanco cremoso y se parece al utilizado en el revestimiento de los edificios romanos de hace 2,000 años y vemos que el Teatro Nacional está revestido de este material combinado con un poco de Onís, ambos extraídos de Vicente Noble”, un geólogo consultado.
Algo similar ocurre en la zona de El Pomier, San Cristóbal, donde se explota una piedra caliza que es cortada, pulida y pulida, la cual se comercializa como una piedra ornamental, pero realmente no es mármol. Mientras, en Boca Chica se explota una roca caliza coralina que no toma brillo y que adquiere un tono mate opaco. La misma se utiliza mucho en las zonas hoteleras del país.
De León explica que el precio de un metro cuadrado puede variar de entre 10 euros y los 44 euros el metro cuadrado, atendiendo a la rareza de la variedad que esté utilizando. Por ejemplo, el Rojo Alicante es mucho más caro que el Crema Marfil. También depende el lugar donde se compre y si es al por mayor.
Fuente: El Dinero.com