La Casa de Aluminio es uno de los más recientes trabajos del estudio de arquitectura de Fran Silvestre en el que ha vuelto a colaborar con el estudio de diseño interior Alfaro Hofmann y para el que también han utilizado el mármol blanco italiano Arabescato para todos los pavimentos interiores y granito blanco para los exteriores. Esta vivienda unifamiliar, ubicada en Madrid, disfruta un enclave rodeado de jardines con grandes árboles que contrastan con el gris claro del aluminio y de la piedra de la fachada exterior.
La casa se presenta como una pieza de naturaleza metálica, de líneas rectas que se extienden horizontalmente, produciendo el efecto de tener solamente una planta cuando, en realidad, son tres (-1, 0, +1). La zona de día se percibe desde el exterior a través del zócalo para el que se ha utilizado la misma piedra natural que urbaniza parte de la parcela de 1770 m2.
Sobre esta base, explican los arquitectos, “se deposita la zona de noche, focalizando las vistas al norte y al sur, protegiéndose de las miradas vecinas, generando terrazas en sombra en las que disfrutar del exterior”. En la planta superior, la prolongación del forjado genera una nueva zona exterior que se asoma a la piscina revestida en su interior de mosaico azul.
La planta, sensiblemente cuadrada, aglutina un amplio programa de forma compacta. La escalera y el atrio interior centrado sirven para distribuir las estancias, jerarquizando usos, con todos los espacios abriéndose al jardín.
La planta sótano acoge el garaje, la zona de servicios, la despensa, la lavandería, una zona de gimnasio, dos patios y cuatro baños. En la planta, donde se encuentra la zona de día, hay cuatro terrazas, el vestíbulo, dos comedores, la cocina, la sala de estar, el vestidor de invitados, la sala de juegos y un baño. Por último, la primera planta se ha reservado para la biblioteca y la zona más privada con una segunda sala de juegos, un despacho, cuatro dormitorios -cada uno con su respectivo baño-, y una terraza. En total, 958 m2 que permiten crear amplios espacios donde disfrutar de la arquitectura y el diseño minimalista de la vivienda.
Un arquitectura donde el color blanco, omnipresente en la obra de Fran Silvestre, se adueña de las paredes y los techos, mientras el pavimento interior y la escalera se revisten de mármol blanco Arabescato con sus vetas gris oscuro de gran belleza. Para hacer que la luz llegue de forma generosa a todos los rincones de la casa, se han abierto diferentes claraboyas acristaladas en distintos puntos, que contribuyen a crear un auténtico oasis de paz.