El majestuoso Gran Teatro de La Habana, actual sede del Ballet Nacional de Cuba (BNC) en cuba es un edificio centenario, debe su suerte al Centro Gallego de La Habana que quería un edificio de grandeza para su sede. La primera piedra se colocó el 8 de diciembre de 1907, y fue un bloque de granito traído desde la localidad de Parga, en Galicia.
Este edificio considerado un referencia arquitectónica en la isla de Cube, cuenta con componentes neobarrocos, del renacimiento francés, neoclásicos y hasta del rococó español.
La construcción del edificio, hace casi más de un siglo, se debe al interés de la entonces Sociedad Gallega, la más importante y representativa de la colonia española en la isla a inicios del pasado siglo.
La obra corrió a cargo del arquitecto belga Paul Belau, a quien también se debe el edificio del hoy Museo de la Revolución, antes Palacio Presidencial.
En 1915, al ser inaugurado, deslumbró a todos por su amplio salón de baile del tercer piso, sus salas para exposiciones y su teatro, el más importante de Cuba durante las siguientes cuatro décadas.
La sala dedicada a las artes escénicas se convirtió en epicentro de excelentes temporadas para beneplácito de la sociedad habanera durante los años 20 del pasado siglo.
Por las tablas del Teatro pasaron los mejores barítonos, sopranos, tenores y contraltos de la escena mundial, entre ellos los italianos Guido Ciccolini, Lucrecia Bori, Beniamino Gigli y Enrico Caruso, o el guitarrista español Andrés Segovia.
Los constructores del Centro Gallego respetaron el diseño del añejo teatro hasta el mínimo detalle, con lo cual garantizaron una excelsa calidad, luego comprobada al acoger la sede principal del Ballet Nacional de Cuba y donde esa prestigiosa compañía materializa sus temporadas anuales.