Ascobi-Bieba, Asociación de Constructores y Promotores de Bizkaia, celebrÓ hoy su Asamblea General 2020, en la que se analiza la situación actual de la construcción y la promoción inmobiliarias en Bizkaia y en Euskadi.
La construcción y la promoción inmobiliarias en Euskadi representan un 7% del PIB vasco y empleaban a finales de 2019 a 51.300 trabajadores en Euskadi y 28.300 en Bizkaia.
Un sector con una variada estructura empresarial y alta proporción de Pymes y autónomos, gran capacidad de arrastre sobre otros sectores industriales (importa menos del 9% de los materiales que utiliza), genera una actividad inducida de casi 2 euros por euro invertido y tiene un retorno fiscal de su actividad cercano al 50%.
Este nuevo periodo de crisis llega cuando el sector estaba recuperándose de los efectos devastadores de la crisis anterior que tanta incidencia ha tenido en el mismo durante más de una década. Los datos hasta la primavera de 2020 indicaban un crecimiento continuado de la actividad y un impulso a la creación de empleo.
Actualmente, tras el parón general producido en el periodo de “hibernación” y la limitación parcial de las obras en viviendas durante el periodo de alarma, puede decirse que el sector ha retomado la actividad previa apoyado en la cartera de trabajos contratados anteriormente, según el seguimiento realizado por Ascobi.
La evolución que se produzca en las carteras de obra contratada de las empresas vascas condicionará a medio plazo la situación del sector. A este respecto, mantener el esfuerzo inversor, entre otros, de las administraciones en obra pública puede resultar determinante, según estima Ascobi, para trasladar el efecto inductor de creación de riqueza y empleo de la actividad constructora al conjunto de la economía vasca.
Según ha expuesto a las empresas asociadas en la Asamblea telemática el Presidente de Ascobi, Alex Bidetxea, la promoción inmobiliaria vasca parte de una mejor situación para afrontar los retos del momento con respecto a la crisis anterior:
La producción de vivienda es baja y la oferta no cubre la demanda actual existente. La tasa actual de vivienda nueva iniciada, incluyendo libre y protegida, no alcanza las 3 viviendas por cada mil habitantes en Euskadi, y Bizkaia apenas llega a las 2,6 viviendas.
No existe una burbuja del precio de la vivienda nueva. Tras el periodo de corrección del precio vivido en la crisis precedente, que alcanzó un recorte medio, en vivienda libre en Bizkaia, del 30%, durante los últimos años el repunte producido apenas ha alcanzado el 15%.
La disponibilidad de financiación bancaria se mantiene tanto para los promotores como para los compradores de vivienda.
En este periodo de incertidumbre actual, para estimular la inversión privada y acelerar los proyectos en marcha, Ascobi considera que es más necesario que nunca optimizar y acortar la tramitación administrativa de los instrumentos de ordenación urbanística y de gestión, especialmente la obtención de licencias de obra de nueva planta. También actualizar, conforme a la evolución de costes producida, los precios máximos de las viviendas protegidas, congelados desde hace diez años.
Otro de los aspectos para revisar es adecuar los porcentajes de reserva de suelo para vivienda protegida a la demanda existente en cada ámbito municipal, eliminando la rigidez normativa actual y actuar en el apartado del cálculo y el consumo de la edificabilidad de los proyectos mejorando el aprovechamiento de los mismos.
Euskadi cuenta con uno de los parques de vivienda mas antiguos del Estado con 45 años de vida media de los edificios de viviendas. En esta realidad, la rehabilitación se debe convertir, estima la Asociación de Constructores y Promotores, en un eje prioritario de actuación de las políticas públicas y en una gran oportunidad para el sector.
Existe un amplio consenso entre los profesionales del sector sobre las ventajas de la rehabilitación favorecedora de la mejora de la eficiencia energética de los edificios con la disminución de emisiones de CO2 aparejada, o con la mejora de la accesibilidad para una población cada vez más envejecida.
A estas ventajas, según Ascobi, se ha de añadir su potencialidad como elemento dinamizador de la economía y creador de empleo. La experiencia alemana sugiere que los fondos públicos aportados para la rehabilitación edificatoria en eficiencia energética promueven una actividad que los multiplica por 6.5, generan 18 puestos de trabajo por millón de euros invertido, reducen los costes de desempleo un 95% del valor de la subvención y producen un retorno fiscal que los multiplica por 1,9.
En definitiva, señala la Asociación, una oportunidad de país para reactivar la economía y aprovechar los fondos que la UE va a destinar en este ámbito en sus programas de ayuda para la reactivación europea.