La patronal extremeña de la construcción denuncia que los precios previstos para los materiales no cubren ni siquiera el coste de los mismos. Esta es una de las principales quejas de la patronal extremeña de la construcción sobre las licitaciones de obra que está publicando la Junta de Extremadura en lo que va de año.
Este procedimiento provoca que haya obras en proyecto que marcan precios por debajo de coste, por lo que suponen pérdidas muy elevadas para las empresas que las acometen. «Por ejemplo, la obra del CEIP de Quintana de la Serena marca un presupuesto de 2,3 millones de euros, pero en ella hay pérdidas alrededor del 30%», expone Joaquín Sánchez, secretario de Fecons, la federación provincial cacereña, que añade que ese proyecto concreto hay unas diferencias muy grandes entre los precios de algunos materiales y el precio real que tienen éstos en el mercado, incluso es inferior al que se refleja en la base de precios que tiene establecida la propia Junta.
«El tabicón de ladrillo tiene un coste unitario en la licitación de 3,9 euros y en la base de precios es 13,04; solo en ladrillo se están perdiendo 50.000 euros, ya no pensamos ni en la mano de obra», apunta Sánchez, que insiste en que lo mismo sucede con la forja reticular, la caldera de pellet o el sistema de aislamiento térmico.
El caso del colegio de Quintana de la Serena no es único. La Confederación Extremeña de la Construcción denuncia que los mismo pasa en la obra de agrupamiento, ampliación y reforma del IES Jalama, de Moraleja, o en el centro de educación para adultos Antonio Machado, de Zafra, pero también en muchas otras.
Por su parte, desde la Consejería de Educación y Empleo, responsable de las obras que señala la patronal de la construcción, se afirma que los precios iniciales de las licitaciones siguen la base de precios. «Las propias empresas constructoras, dentro de la competitividad empresarial, son las que están marcando las bajadas en las adjudicaciones; en 2019, de media, marcaron una bajada del 22% sobre los precios de licitación iniciales», aseguran en la Consejería, a la vez que consideran que las obras del Plan de Infraestructuras Educativas se están desarrollando con absoluta normalidad.
No es la misma percepción que hay desde la patronal, que cree que las desviaciones presupuestarias están impidiendo a muchas empresas concurrir a esas licitaciones. Pese a ello, sigue habiendo constructoras que participan en los procesos. «Lo hacen porque están muy necesitadas y prefieren poner la maquinaria en funcionamiento que estar paradas», según el secretario de Fecons, para quien «estas prácticas tendrán consecuencias nefastas en la ejecución de dichas obras, tanto en calidad como en cumplimiento de plazos».
En este sentido pone como ejemplo el colegio de Cerro Gordo (en Badajoz). «El precio del proyecto estaba un millón de euros por debajo del valor real», apostilla Sánchez, que explica de esta forma el que «sólo optaran dos empresas y que la obra lleve un retraso considerable».