Las canteras reducirán su producción a la mitad si no se agilizan los expedientes, según ha declarado el presidente de la Asociación de Empresas de Áridos de la Comunitat Valenciana (Arival), Custodio Monfort, a la hora de describir la situación que atraviesa este sector extractivo.
En opinión de Monfort, la situación «es aún más preocupante en arcillas y roca ornamental», que suministran la materia prima para las industrias cerámica y del mármol. No obstante, destacó que la Generalitat se apresta ahora a realizar un catálogo de explotaciones mineras para calibrar las existencias actuales y la viabilidad futura de las mismas. En su opinión, «si se consolida lo que hay con urgencia y se autorizan una o dos aperturas, se solucionaría este problema».
El presidente de Arival afirmó que el sector se encuentra en una situación «muy complicada», no solo porque no tiene asegurada la continuidad de las canteras, sino por el envejecimiento en las empresas y, en especial, por la baja demanda, que se ha reducido en dos tercios desde el inicio de la crisis. Por un lado, el 70 % de los trabajadores del sector –la industria extractiva en general da empleo a 2.500 familias– tiene más de 50 años. Así que «hay mucha pyme que puede desaparecer». En Arival están agrupadas unas 70 explotaciones que corresponden a 30 empresas que dan empleo a 1.000 trabajadores directos e indirectos. Fuera de la asociación hay una docena más.
Esas empresas acumulan una facturación de entre 80 y 100 millones, una cifra que no ha variado en los últimos años porque la dependencia de los áridos del sector de la construcción, el gran damnificado de la crisis, no le permite evolucionar al alza. En este sentido, Monfort explicó que de los 30 millones de toneladas anuales que es capaz de producir esta actividad solo se están moviendo en la actualidad dos. Y es que la obra pública, que llegó a representar el 70 % del total antes de la recesión, está prácticamente parada.
Avales
Por si todo esto no fuera suficiente, el presidente de Arival enumeró algunos otros obstáculos que inciden negativamente en la marcha del sector, como los elevados avales –diez veces superiores a los que se piden en Albacete, por ejemplo– que se exigen a las empresas explotadoras por la rehabilitación de las canteras. O la «competencia desleal» que practican ciertas empresas al «coger y utilizar materiales de canteras ilegales». También son un handicap para el sector las urbanizaciones ubicadas cerca de canteras, dado que conforme van creciendo invaden las zonas extractivas y les impiden funcionar.
Fuente: Levante
